Hay un selecto grupo de periodistas, las estrellas de la cosa, que tienen el privilegio de dar primicias informativas, que siempre hubo categorías. Me acuerdo yo cómo se puso Juan Manuel Gozalo, aquel entusiasta y vociferante señor de los deportes, cuando una lejana mañana anunció “en rigurosa exclusiva” (lo repitió varias veces) el fichaje de Luis Aragonés por el Betis, lo juro por mis nietos. Por supuesto, que en esto de las exclusivas, los que se llevan la palma de la gloria son los que se enteran de las cosas de comer una semana antes que el Fiscal General del Estado: estoy del Fiscal General del Estado hasta la coronilla, con ese título tan largo. De ahora en adelante, el Fiscal del Estado, ¡a secas!, como en las películas del Oeste: Fiscal del Condado y punto. A lo que vamos: uno, sin ser periodista, ni tu novio, ni tu amante, ya me perdí. Quería decirles que sin ser del oficio, uno también recibe informaciones privilegiadas, de influyentes amigos cuya identidad nunca desv...
Acaban los franceses de sacar de prisión, como si tal, al marido de Carla Bruni, trigésimo presidente de la V República, casi na, y vamos nosotros y montamos un pollo nacional (en ciertos ambientes, claro: pregúntenle a los muchachos que van a toda leche con el furgón de reparto; o a los camareros; o a los albañiles) porque un ‘simple’ Fiscal General del Estado ha sido condenado por el Tribunal Supremo, no a pena de prisión ni cosa parecida, sino a inhabilitaciones, multas e indemnizaciones, o sea, fruslerías legales. “Primer Fiscal General condenado”, dicen los periódicos a toda plana para hacerse los importantes, que no le ponen las interjecciones de milagro. Pues yo les digo a todos ustedes que una sociedad no está verdaderamente madura hasta que un Jefe de Estado entra y sale de prisión sin que el andamiaje institucional haya sufrido el mínimo temblor. La France de Sarkosy, sin ir más lejos. Hay otra variante de lo anterior, la destitución, fórmula empleada por los norteame...