Escucho en la radio a uno de los sabios de tertulia que pontifican de todo, que ya quisiéramos los españoles parecernos a los ingleses, que están tirando las islas británicas por las ventanas para celebrar/conmemorar el centenario, el cuarto, de la muerte de su gran dramaturgo, William Shakespeare, que se produjo, oh, casualidad de casualidades, el mismo día, hora arriba o abajo, que lo hiciera nuestro Miguel de Cervantes, y no como nosotros, que le estamos haciendo una faena de aliño al más insigne de nuestros escritores. Pues bien, se conoce que alguien con mano en el Congreso de los Diputados y Diputadas escuchó aquello y “quitándose las botas, se dijo: ésta es la mía”. Y sin encomendarse a Dios ni al diablo montó un pollo cervantino en el hemiciclo: una patochada de molde, escuché luego a otro sabio de tertulia. Digo lo de Dios y el diablo porque a poco que hubiera hablado con alguno de los dos, el bochornoso espectáculo no habría tenido lugar. En esto que aparece uno ...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa