Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2022

EL SENADO Y LOS 21.000 MILLONES

EL SENADO Y LOS 21.000 MILLONES Agapito Gómez Villa “El niño Jesús nació en el pesebre./ En el sitio menos pensado salta la liebre”. Mira que lleva uno leído sobre la II República, aquella ilusionante, apasionante y modernizante experiencia que acabaría en el más estrepitoso de los fracasos, ay. Por culpa de una veintena de indeseables politicastros, claro. Lo dice Cela, un genio de los grandes, además de escritor excepcional: “Veinte tíos son suficientes para poner un país patas arriba”. Les decía que habiendo leído uno lo suyo sobre la República, el otro día, hojeando/ojeando un libro de 3º de la ESO (de uno de mis nietos), en el apartado dedicado a los pormenores, más bien los ‘pormayores’, de la Constitución de 1931, me saltó a la cara esta liebre: “Desaparece el Senado: las Cortes eran unicamerales”. Toma ya. En verdad, en verdad, les digo que jamás había uno reparado en algo tan relevante, si alguna vez lo leyere. Puñados de páginas lleva uno dedicadas...

DE LAS BANDAS PROCESIONALES

Acaba la Semana Santa o Semana de Pasión. Lo segundo, este año le toca de lleno a Ucrania (de religión cristiana ortodoxa mayoritoria), que por algo pasión, del verbo ‘patior’, significa sufrimiento, que me acuerdo yo del latín del bachillerato (perdonen el “excurso”, pero es que me parece una falta de consideración no acordarse de la ‘pasión y muerte’ en Ucrania). Quería decirles que, en España, decir Semana Santa y decir procesiones viene a ser lo mismo, aunque los periodistas esnobistas ya no se conforman: desfiles procesionales les llaman ahora. No conozco a nadie que diga: voy a ver, un suponer, el desfile procesional del Cristo Negro, si bien tan sobria procesión no sea representativa, precisamente, de lo que quiero glosar: las bandas procesionales y sus bellas y conmovedoras composiciones, creadas “ad hoc”. Para los amantes, amantísimos, de la música, no puede haber manifestación artística más apropiada para poner en suerte el alma de los creyentes. Y de los no creyentes. L...

GUERRA Y POESÍA

A mí, lo de la guerra de Ucrania me tiene el corazón encogido: esos cadáveres asesinados y maniatados, me tienen consternado. ¿Por lo que dijo el clásico: “Nada humano me es ajeno”? No sé, no sé. Pero ni los tripletes de Benzema (maldigo a los del hat-trick) me hicieron olvidar tan horrible tragedia. A más del horror presente, no me gustaría que el día de mañana un niño ucraniano de hoy pudiera decirnos que si no nos daba vergüenza seguir de fiesta mientras ellos se morían de frío y de tiros en la nuca. En fin. Mas como uno no puede hacer nada por detener la locura de ese hijo del peor Satanás, frío como un témpano, el tal Putin, con el fin de mitigar la desazón que me produce tanta crueldad, no me queda más remedio que tirar de las alforjas de la memoria, sección irónica. Alguien puede acusarme, y no le faltará razón, de hacer humor negro; pero ¿qué otro tipo de humor se puede hacer sobre la negrura que supone toda guerra? Lo cual que de pronto me vienen a la cabeza las pa...

LA INJUSTICIA Y EL DESORDEN

LA INJUSTICIA Y EL DESORDEN Agapito Gómez Villa Todo artículo que se precie, tiene que comenzar con una buena cita. Hela aquí: “Prefiero la injusticia al desorden”. ¿Que quién dijo esa barbaridad? El Cervantes alemán: Goethe. Barbaridad será, pero, a pesar de la pinta de germano extremeño que me asiste, me adhiero a ella ‘casi con violencia’, que dijera Cela en crítica ocasión. A cuento de qué viene esto. Muy sencillo. Me ponen malito los desórdenes y ni les quiero contar si van acompañados de desmanes. Diez o doce años tendría yo cuando plantasen unos arbolitos en el paseo de mi pueblo. Al día siguiente aparecieron todos tronchados. Yo entonces no sabía lo que había dicho Beethoven, “Prefiero un árbol a un hombre”, pero habría matado con mis propias manos infantiles, es un decir, a los fautores de aquel absurdo e incomprensible arboricidio. La historia se repetiría años más tardes en un paseo de Cáceres: unos canallas no dejaron ni un árbol vivo. Matarlos ...