Jamás le perdonaré a doña Irene Guardiola, perdón, a doña María Montero, es que con lo de la violencia machista y todo eso me hago un lío tremendo (por cierto, hay que ver cómo ha disminuido el número de mujeres muertas a manos de los locos de turno, psicópatas de libro, desde que existe el Ministerio de Igualdad), les decía que nunca le perdonaré a doña Guardiola el daño que ha inferido. ¿Negarse a pactar con Vox? Qué va: las rabietas son propias de los niños. Es más: me gusta que por dicha causa Extremadura vuelva a estar en el ‘candelabro’ nacional, que desde que Ibarra dejase de romper cristales, habíamos desaparecido del mapa, bueno, salvo en los días que siguieron a la presentación en sociedad del velocísimo tren que inauguró entre llamas Pedro Sánchez el pasado verano, y que tanta risa produjo en toda España. Pa retorcerle el pescuezo. A lo que íbamos. A mí el enfrentamiento entre el PP y Vox, o viceversa, me parece como una cosa de primera regional, que así es como se ve...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa