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Mostrando entradas de mayo, 2024

HONESTIDAD SIN BARCOS

Espero que a nadie se le ocurra pensar que éste es uno más de los diez mil artículos cotidianos, dedicados por estos días a Pedro Sánchez y señora (mi ‘parienta’ B. Gómez). De eso ni parler. Yo quiero hablarles del buen/mal uso del castellano, esa joya asombrosa llena de mil matices, a la que un poeta chileno llamado Pablo le escribió los más encendidos elogios (es que si pongo el nombre de un poeta español, me pueden correr a gorrazos los héroes del nacionalismo lingüístico). Veamos. Ha dicho Pedro que su mujer es una persona honesta. Bien. ¿Y qué? Eso ya lo presuponíamos desde que dijo que está enamorado de ella hasta las trancas (cuando me enteré, lloré de emoción como un Almodóvar, no confundir con un almogávar). Dicho de otra manera: qué rayos tiene que ver con la acción gubernativa el que mi ‘prima’ Begoña no dé el nivel para estos versos lorquianos de “La casada Infiel”: “Y yo me la llevé al rio/creyendo que era mozuela,/ pero tenía marido”, ay (el ay es mío). Que a cue...

UNA LÍNEA TELEFÓNICA

Decíamos anteayer (diario HOY): “El SES ofrece hasta 750 euros más al mes a los médicos por ir a plazas de difícil cobertura”, además de un plus por desplazamiento. Bienvenida sea toda medida encaminada a solucionar la grave situación a la que ha llegado la atención médica en el medio rural. Para no perder la costumbre, los gerentes no se han movido hasta que el problema ha alcanzado una intensidad insoportable. Sí, ya sé que la cosa no es de fácil solución, que la viene de muy atrás, que la actual administración lleva cuatro días y todo eso. Las administraciones no tienen nada que echarse en cara, son tal para cual. Y eso que ahora suelen estar integradas por personas de cierta valía. Tiempos hubo en que estuvimos gestionados por lo más inepto que iban encontrando: “No teníamos a nadie, Agapito”, me dijo uno que tuviera mando en plaza en la política regional. “Menos mal que la sanidad funciona gracias a los buenos oficios de los sanitarios”, le contesté. Gente de cierta valía h...

AÑO 2050

Hoy domingo, mientras usted lee estas líneas, están teniendo lugar las catalanas (lo dicen los de la radio: las catalanas, las vascas, las europeas…), quiero decir las elecciones al parlamento de Cataluña, claro es. Pues bien, no hay una vez que salga el asunto catalán a relucir que no haya alguien que diga: “Que se vayan de una p… vez”. Yo contesto siempre lo mismo: “Y qué hacemos con esa mitad de la población que quiere seguir siendo española”. Ése es el problema. Que se lo pregunten, si no, a Javier Cercas, que luego de casi seis décadas siendo vecino del lugar, está viviendo un verdadero calvario: basta con leer sus artículos recientes, rezumantes de pesadumbre, tristeza y decepción. Lo cual, que si no fuera por ellos, por los catalanes que quieren seguir siendo españoles, la alegría por la independencia de Cataluña, perdón, Catalunya, sería mucho más grande que el sentimiento, dónde va a parar. Es que lo del independentismo ha llegado a límites de insoportable hartazgo. Se ...

AL QUINTO DÍA, RESUCITÓ

Dijo Albert Camus que “todo está dicho, pero hay que recordarlo porque a la gente se le olvida”. Lo de Cela por ejemplo: “Cuando en un lugar huele mucho a algo, el secreto no es oler más, sino oler distinto”. Pues eso. Ahora mismo, en el oceánico mundo de los medios de comunicación, no huele a otra cosa que a Pedro Sánchez (para la historia, Pedro I “El Enamorado”), de la que ha montado nada más volver de sus cinco moscosos espirituales: las amenazas contra los fabricantes de fango (nuevo mantra), y ya de soslayo contra los jueces, que son los únicos que pueden ponerle el dedo en la nariz (que se vayan preparando). Por consiguiente (“Felipe presidente”), siguiendo el mandato de Camilón, en estos momentos, uno no debiera (¿o debería?) incurrir en el sanchismo-leninismo, por si las moscas. Lo más sensato sería hablar, un suponer, de Rubiales, esa ‘inocente’ criatura, cuyo solo apellido ya infunde sospechas: Rubiales, ¡calvo y moreno!, hay que joderse. Pero, como médico ejerciente, me v...