Lo aprendimos en la escuela: “Líneas paralelas son aquéllas que por mucho que se prolonguen nunca se encuentran”. Eso es lo que le pasa al personal mayoritario -mayoritario he dicho- y a los millones de indocumentados que se dedican a la cosa de la política (son millones, cuéntenlos): que cada uno va por su camino. Lo de indocumentados se decía mucho en mis tiempos para definir a un don nadie: “Ése es un indocumentado”. Cela, el gran Cela, los llamaba de otra manera: “Los políticos son personajes de tercera”. Digan lo que digan los opinadores profesionales (otros que tal bailan: les parece que la ciudadanía no hace otra cosa que estar pendiente de lo que dicen), les iba diciendo que la inmensa mayoría de los mortales, ustedes perdonen, van por su línea y los actores de la política por la suya, de modo y manera que excepcionalmente se encuentran: el día de las elecciones, y pare usted de contar. ¿Cómo se explica, si no, que mientras los políticos están permanentemente enfrascados...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa