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Entradas

PIDE PERDÓN, ISABEL

Lo dijo el otro día Pedro Sánchez: “El Fiscal G. del Estado defendió la verdad. La que tiene que pedir perdón es Díaz Ayuso”. Bien dicho, sí señor. Qué trabajo le costaría a la presidenta de Madrid pedir perdón. ¿De qué? Eso es lo de menos. Pero un mínimo de compasión, o si prefieren de consideración/conmiseración con el presidente del gobierno, no estaría nada mal. Que sí, que el único pecado de Díaz Ayuso fue no preguntarle a su pretendiente si tenía algún problema con Hacienda (insisto: para mí, lo peor fue lo del Maserati de segunda mano). Pero eso no es óbice ni cortapisa para que se baje de la burra y, aunque sólo sea por caridad, le eche una mano a Pedro, tal que se hizo de toda la vida entre compañeros: hoy por ti, mañana por mí. Lo de compañeros lo digo porque ambos son presidentes. Ah, y con otra cosa en común: ¡ambos tienen a familiares imputados!, procesados, decía mi madre, bajando la voz, cuando algún vecino con la caza furtiva. ¿No son, acaso, razones suficientes? ...
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SABINA Y EL BAR DE LA ESQUINA

Un cinco de diciembre, cuando escribo, sería indecoroso no dedicarle unas palabras a la santa Constitución, paráfrasis de la santa Transición que inventase Umbral. Pues mira tú por dónde, me da como la sensación, de que la ‘Contitusión’ (Alfonso Guerra dixit) es mucho menos santa que la Transición. En efecto, al primer tapón, zurrapa. “Todos los españoles somos iguales ante la Ley”; y a la media vuelta, hay uno que está por encima de todos: el rey y su inimputabilidad. ¡Pero qué dice usted, señor legislador! Ya con eso, es imposible ir a ninguna parte. No conforme con lo cual, va y nos dice que el voto de los nacionalistas, o sea, independentistas (son lo mismo), vale mucho más que el mío. ¡Tu tía la del pueblo! Todo eso, después de haber dicho, pomposamente, lo de la “indisolubilidad de la Nación Española”. Toma ya coherencia. Gracias a la “constitucionalidad” de los partidos separatistas, el tal Puigdemont, al que quiere visitar de rodillas Pedro Sánchez, proclamó durante unos s...

UNA EXCLUSIVA DE LA UCO

Hay un selecto grupo de periodistas, las estrellas de la cosa, que tienen el privilegio de dar primicias informativas, que siempre hubo categorías. Me acuerdo yo cómo se puso Juan Manuel Gozalo, aquel entusiasta y vociferante señor de los deportes, cuando una lejana mañana anunció “en rigurosa exclusiva” (lo repitió varias veces) el fichaje de Luis Aragonés por el Betis, lo juro por mis nietos. Por supuesto, que en esto de las exclusivas, los que se llevan la palma de la gloria son los que se enteran de las cosas de comer una semana antes que el Fiscal General del Estado: estoy del Fiscal General del Estado hasta la coronilla, con ese título tan largo. De ahora en adelante, el Fiscal del Estado, ¡a secas!, como en las películas del Oeste: Fiscal del Condado y punto. A lo que vamos: uno, sin ser periodista, ni tu novio, ni tu amante, ya me perdí. Quería decirles que sin ser del oficio, uno también recibe informaciones privilegiadas, de influyentes amigos cuya identidad nunca desv...

APRENDE DE LA FRANCE

Acaban los franceses de sacar de prisión, como si tal, al marido de Carla Bruni, trigésimo presidente de la V República, casi na, y vamos nosotros y montamos un pollo nacional (en ciertos ambientes, claro: pregúntenle a los muchachos que van a toda leche con el furgón de reparto; o a los camareros; o a los albañiles) porque un ‘simple’ Fiscal General del Estado ha sido condenado por el Tribunal Supremo, no a pena de prisión ni cosa parecida, sino a inhabilitaciones, multas e indemnizaciones, o sea, fruslerías legales. “Primer Fiscal General condenado”, dicen los periódicos a toda plana para hacerse los importantes, que no le ponen las interjecciones de milagro. Pues yo les digo a todos ustedes que una sociedad no está verdaderamente madura hasta que un Jefe de Estado entra y sale de prisión sin que el andamiaje institucional haya sufrido el mínimo temblor. La France de Sarkosy, sin ir más lejos. Hay otra variante de lo anterior, la destitución, fórmula empleada por los norteame...

EL RELATO Y LA PAREJA

Ay, Isabelita: a quién se le ocurre echarse un novio sin preguntarle antes si tenía algún problema con Hacienda. Eso es lo primero que se pregunta, mujer. Ya has visto las consecuencias: sin comerlo ni beberlo, te han caído encima todos los cascotes fiscales de tu Alberto. A mí, mi novia, fue lo primero que me preguntó cuando la pretendí. “Pues como no me queden embarazado!”, le contesté. Y me lo preguntó sabiendo que yo era un simple estudiante del frío salmantino, ¡que frío hacía por entonces!, sustentado por una bendita beca-salario. Tú, como jefa de la comunidad autónoma más importante de España, tendrías que haber sospechado que tus adversarios -¿enemigos?- te están buscando las cosquillas a todas horas. ¿O no? Al grano. He escuchado esta mañana en la radio a uno de esos contertulios que saben tanto (“Qué miedo saber tanto”, decía Hilario López Millán, aquel colaborador del gran Luis del Olmo), que por culpa del lío de tu novio, lo del Fiscal General del Estado y tod...

SAN PABLO Y LOS ÁBALOS

Se preguntaba el otro día en estas páginas mi amigo Salvador Calvo, con una brizna de indignación unamuniana: “¿Yo tengo la culpa de que haya bandidos que frecuentan meretrices con dinero público y se dan hartazgos de gambas y langostinos?”. Amigo Salva, no hay culpa que valga: “El que sirve al altar, vive del altar”. Me lo dijo más de una vez mi dilecto maestro de humanidades, don Víctor Gerardo, paciente mío que fuera en su madurez -inmenso honor-, cuando yo le decía que, en el ejercicio médico, el dinero no fue nunca mi primum movens, la verdad. Don Víctor Gerardo no hacía otra cosa que expresar, de modo resumido, lo que dice San Pablo -el gran artífice de la expansión del cristianismo, dicho sea de paso-, en una de las muchas cosas que escribiera, que es que no paraba el hombre: “¿No sabéis que los que ofician en el templo comen del templo, y los que sirven al altar participan del altar?” (Corintios 19,3). Ahí lo tienes amigo Salva. No hay, pues, indignación que valga. ...

EL CIRCO Y EL PLANETA

Tenía yo pensado dedicar este artículo en exclusiva a ‘mi’ premio Planeta, el del año que viene, claro; pero visto lo acontecido el jueves en el Senado, el interrogatorio a Sánchez y todo eso, no tengo más remedio que dedicarle unas líneas al evento. “Esto es un circo”, dijo el presidente del gobierno sobre la Cámara Alta, ¿alta? Ustedes recordarán que en más de una ocasión me he referido a la misma como una institución inservible, que, para más inri, nos cuesta 5.000 millones al año: 5.000 millones tirados a la calle, que diría mi madre. Bueno, más que a la calle, para pagar un buen jornal a los cientos de prosélitos de segunda línea: los que no tienen cabida en el Congreso. ¿Que no? Pregúntenle a cualquiera de ellos qué prefiere, Congreso o Senado. “Ni con mayoría absoluta de la oposición, vale para mojarle la oreja a Sánchez”, escribí no ha muchos días, antes de saber que el presidente, ¡madre mía que estás en el cielo!, sería llamado a declarar. Lo cual que me ha gustado muc...