Este fin de semana, principia al fin el mayor espectáculo futbolístico del mundo (¡llevábamos dos o tres semanas sin competición oficial!), a decir de los que entienden de la cosa, o sea, todo el personal: la mejor liga del mundo, le dicen. Ningún momento más apropiado, pues, para traer a la palestra lo que a continuación podrás leer, amable lector. He pasado los últimos quince días en una playa gaditana. Voy a abrir un paréntesis. La intuición me dice que la gente de Cádiz es lo más logrado del solar patrio: nadie de trato tan natural, amable, correcto y sencillo. Fin del paréntesis. La playa es la de Zahara de los Atunes, en cuyas inmediaciones sitúa mi admirado Muñoz Molina, “Sefarad”, un par de bellísimos relatos, con su proverbial maestría, y allá que me fui en cata de los lugares que describe en uno de ellos, suceso espeluznante. Mi gozo en un pozo: no encontré la mansión en cuya puerta rezaba un nombre, ‘Berghof’, que por cierto, lo que so...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa