Felizmente desaparecido el Ébola del primer plano de la actualidad, vuelve a brillar de modo esplendente el asunto de la corrupción. Pero yo no quería hablarles de eso, sino de un aspecto tangencial a la misma. Vengo observando que, a raíz del lío de las tarjetas negras y todo eso, se ha desatado una cierta animadversión social contra los multimillonarios, personalizada en dos señores, mayormente: Rodrigo Rato y el otro. Y yo, la verdad, no sé a cuento de qué, si esa pobre gente lo único que aportan son ventajas. Que sí, que los tarjeteros han sido unos “sinvergüenzones”, tal que hubiese dicho Francisco Franco, según recoge Pániker, de boca del ministro Ullastres, pero eso no es razón suficiente para extrapolar la inquina/envidia a todos los ricos. Vamos, digo yo. Se lo dije aquella vez a mi amigo José Antonio, paseando que estábamos por el puerto de Puerto Banús, a la vista de tan numerosos como imponentes barcos allí atracados (de atr...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa