"Manadas de estudiantes inician la revuelta, son los años sesenta. Y ahí está, la Puerta de Alcalá....", cantaba/canta Pilar Cuesta, la divina Ana Belén. Me acordé de ella el otro día, al ver las mesnadas de estudiantes en flor, caras pintarrajeadas de fiesta y entusiasmo: las novatadas, bautismo previo en las aguas del Jordán universitario. Abro paréntesis: las novatadas tienen su aquel cuando contienen una pizca de ingenio, pero maldita sea la gracia cuando los autores de las mismas son los sádicos, tontos, torpes de turno, que todavía me acuerdo de uno en la mili, que no lo maté porque me pareció feo debutar con un asesinato: cierro paréntesis. Bueno, a lo que íbamos: no obstante las caras festivas y risueñas, noto algo raro en el juvenil ambiente, como una incierta preocupación, o inseguridad, o qué sé yo. Total, que más corto que perezoso, voy y abordo a un grupo de muchachas, jovencísimas por definición, y les hago la inevitable pregunta. La respuesta me quedó...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa