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Mostrando entradas de julio, 2024

¿ALERTA CLIMÁTICA?

Escribo en el barco (ferry le llaman) que va de Helsinki hasta Tallin, primer conjunto monumental de Europa, dicho sea entre paréntesis, seguido por Venecia y Cáceres, por ese orden. Sí, Cáceres: se lo recuerdo más que nada por aquello de que lo próximo parece que se valora menos. La nave es un pueblo flotante y no pequeño. O mejor, un Bernabéu con sus 80.000 espectadores a bordo. Yo no sé de dónde rayos sale tantísima gente. Va a tener razón el gran climatólogo, James Lovelock, el de la teoría Gaia, cuando dijo que el problema de la especie humana es que vivimos demasiados años; y va el hombre y se muere a los 103, justo el mismo día del mes en que nació. Pero yo no quería hablarles de eso, sino de lo otro. Lo otro es lo raro que resulta leer que hay “alerta de clima extremo”, por calor, claro, cuando la temperatura máxima llega, como mucho, a 27 grados. Parece una broma, pero es verdad (mando foto al periódico por si tuvieran a bien usarlo para la versión digital). Será por la i...

CHILLIDA Y OYARZÁBAL

De viaje por uno de esos países de las auroras boreales, uno de esos países que se acaban de incorporar a la civilización (qué son un par de siglos, comparados con los 3000 años de Cádiz, un suponer), les decía que de visita a un país de los que llegan más allá del círculo polar ártico, me encuentro, en mitad de una gran explanada circundada de bellos edificios, con un grupo de pequeños altares erigidos en memoria del celebérrimo y celebrado escultor vasco, Eduardo Chillida, centenario de su nacimiento. De inmediato, me viene a la cabeza otro vasco, Mikel Oyarzábal, y no precisamente, que también, porque el primero fuese algún tiempo jugador de la Real Sociedad (llegó a jugar un puñado de partidos), sino por otra cosa mucho más desagradable. En efecto, el escultor, vasco hasta la médula (su fenotipo podría ponerse como prototipo del vasco de pura cepa), fue amenazado por el grupo terrorista, debido a su rechazo frontal de la violencia. Las amenazas no llegaron al daño personal, ...

A LA MEMORIA DE MIGUEL ÁNGEL BLANCO

En cuanto averigüé que la mujer que estaba siendo entrevistada era la hermana de Miguel Ángel Blanco (27 años ayer de tan vil asesinato), se me dispararon todas las alarmas. De inmediato me vino a la cabeza lo de siempre: la repugnante imagen de cierto individuo y las repugnantes palabras que le dijera a los repugnantes dirigentes etarras en una herriko taberna: “Vosotros sois los únicos que entendisteis bien la transición”. O sea que para ‘entender’ bien la transición se precisaron casi mil alevosos asesinatos. Pa matarlo. No lo pude evitar: como un yonqui cualquiera, busqué celérico/colérico en la caja de los medicamentos, y sin agua ni nada me tomé tres o cuatro pastillas de primperán, el medicamento que cura las náuseas y los vómitos y que tantas veces he recetado. La vez anterior que necesité el antiemético, el primperán, me cogió fuera de casa. Sucedió no ha muchos meses en un bar de Plasencia. En esto que se me acerca un señor y me dice: ¿Es usted Agapito, verdad? El mismo....

POR EL CAMINO DE SABINA

Ni que decir tiene que el título precedente es una paráfrasis de Proust, “Por el camino de Swann”, primera entrega de su monumental obra, “En busca del tiempo perdido” (yo soy proustiano por la gracia de Dios). La idea se me vino a las mientes en cuento me enteré del anuncio de Joaquín: su última gira, “Hola y Adiós”, será en 2025. Pues bien, aprovechando el eco de la noticia, quiero proponer y propongo la creación de “El camino de Sabina”, a imagen y semejanza del Camino de Santiago, dicho sea con todos los respetos. “Cuando la muerte venga a visitarme / que me lleven al sur donde nací”. Ahí está. Llegado el “delicado momento”, haremos una colecta (‘crowdfunding’ dicen los analfabetos que quieren hacerse los modernos) entre todos los sabinianos del mundo, millones, con el fin de erigirle un sencillo mausoleo en las inmediaciones de Úbeda, adonde acudiríamos en peregrinación, yo el primero, desde todos los puntos del orbe. A euro por barba, bien podríamos construirle una catedr...