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Mostrando entradas de febrero, 2013

Pobre Goya

   Yo tampoco vi la ceremonia de los Goya. ¿Que por qué? Muy sencillo: desde aquel bochornoso espectáculo de las pegatinas con el “No a la guerra”, cuando reinaba Aznar, la gente del cine, en conjunto, se me ha convertido en gentuza. Individualmente, claro está que respeto y admiro a algunos (algún Sacristán, alguna Velasco), pero todos juntos en unión, vestidos todos de ricos, para mí son gentuza de la peor calaña, que merecen ser llamados como los llama el más talentoso y docto de los comunicadores patrios, Federico Jiménez Losantos: titiriteros, o sea, con perdón de los entrañables titiriteros de antaño, a los que Serrat dedicase bella canción.   Resulta que cuando la primera guerra del Golfo (Bush padre), Felipe González manda, para hacer bulto más bien, un buen contingente de soldados de reemplazo. Pues bien, en la subsiguiente noche de su aquelarre ‘goyesco’ (pobre Goya), ninguno de los ‘pegatineros’ enarboló una humilde pegatina siquiera. De haberlo hecho, s...

El 'cese' del Papa

    Buena me la ha liado Benedicto. Ni después de muerto (ambos), se lo perdonaré. A quién se le ocurre renunciar así por las buenas, eso que algunos periodistas, en su deslumbrante dominio del lenguaje, han llamado dimisión, como si tratase de un politicastro cualquiera, que lo único que les ha hecho falta es haber titulado: “el Papa presenta el cese”. En fin, que no le perdonaré nunca el que por culpa de su ‘espantá’ (mira, eso no se le ha ocurrido a ninguno: el Papa da la ‘espantá’) hayamos tenido que leer/escuchar toda suerte de imbecilidades, cretineces, bobadas, chorradas, gilipolleces, mamarrachadas sobre las causas de su renuncia -“renuncio en plena libertad”, ha dicho, dejándolos a todos con culo al aire-, de parte de unos individuos que se creen que todo el monte de la opinión es orégano. Y lo más curioso: de boca de algunos que se dejan llamar vaticanólogos, que no creo que se lo llamen a sí mismos, en cuyo caso, estaríamos otra vez con lo de Baroja: “Da como ve...

De los políticos y sus corrupciones

   Raro es el día que no me dice alguien: ahora tienes buen avío de materia para poner a caer de un burro a la casta (no de castidad) política, pero como queriéndome decir: dales caña a los del PP, que bien se la diste en su tiempo a los socialistas. A la vista de tantos requerimientos, he decidido hacerles caso. Que se vayan preparando, pues, los santurrones de la derecha. Se van a enterar de lo que vale un peine. Allá voy.   Intelectuales y artistas de dentro y de fuera, de fuera mayormente, conminan a Muñoz Molina a que no recoja un premio concedido en Israel, ya saben, hay quien piensa que los judíos de ahora son tan malos como los de la Biblia, o peores, y que los palestinos que revientan autobuses repletos de personal son unos angelitos, de Alá, claro, pero angelitos. Verdes las han segado, ha respondido el escritor: “es profundamente injusto hacer un boicot global a un país con una sociedad abierta y plural como la israelí”. Mira tú qué casualidad, la noticia me...

A por ellos

      Fue Voltaire el que lo dijo: “Todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre”. ¿Lo contrario también será cierto? Seguro. Hoy se sabe que el ánimo influye sobremanera en el rendimiento intelectivo y por ende en el laboral (intelectual es otra cosa que confunden mucho los que van de intelectuales. Te puedo asegurar, amable lector, que a mí, de tener mando en plaza, un trabajador amargado me duraría menos que el “tiempo de Plank”, que es la unidad de tiempo más pequeña que puede ser medida (venga, quiero ver a todo el mundo consultado en internet). En un negocio privado, tú pones a un amargado de cara al público y te lo arruina en dos días. Lo que yo te diga a ti. ¿Por qué, pues, consentirlos en la función pública?    Es que hoy, crisis mediante, se ha puesto de moda quejarse a todas horas. Y yo me digo: que se quejen los varios millones de parados (llegaremos a siete, y los pájaros seguirán cantando), bien está, pero que lo hagan por...