Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2013

Que trabajen los pobres

  Advertencia: este escrito está destinado a las personas mayores que se hayan criado en un pueblo o en una ciudad pequeña; los menores de cincuenta años lo harán siempre acompañados de un mayor, a ser posible un anciano. El resto debe abstenerse de leerlo: les parecerá una cosa de García Márquez.   La idea se me ocurrió a la vista de la imparable marcha de las cifras del paro, que con tanto regocijo han sido tratadas por los medios de comunicación (a cinco columnas algún periódico), como dándonos ánimos a toda la sociedad, y ante la incapacidad de los gobiernos de todo signo para arreglar mínimamente tan arduo y doloroso problema. Al grano.   Cuando yo era chico (así dice Alberti), había una cosa muy clara: los ricos no trabajaban. Me refiero a los ricos de verdad, los que tenían tierras y encinas y olivos y ovejas suficientes. Un rico nunca araba, ni sembraba, ni segaba, ni trillaba, ni limpiaba el grano, ni cargaba sobre sus espaldas un quintal de trigo. Ni...

País pobre, país rico

      Todo el mundo conoce a alguien que, amo de cierta fortuna, vive como un mendigo (delirio de ruina lo llama la psiquiatría): comprando las manzanas podridas y comiéndose los yogures caducados y regalados, que, por cierto, estaban riquísimos tres meses después de la fecha de caducidad, aquélla estupidez inventada con fines comerciales. De seguir los medios de comunicación por el actual camino, así puede acabar España: viviendo como un país mendigo, siendo como somos un país rico, los décimos del mundo, que decíamos anteayer. Miren hacia abajo y verán lo que viene detrás (o se den una vueltecita por mi adorado Perú). ¿Que exagero? Ni hablar.    Se lo preguntaba un chico listo, El Follonero, al viejo Sampedro, José Luis, recién muerto: ¿somos culpables los medios de comunicación de este sentimiento de pesimismo? Yo no tengo la barba rala y vieja del profesor-escritor, ni su talento, pero tengo un bigote de cuarenta y dos años que me confiere autoridad s...

¿Esta niña es de verdad?

   Hoy tocaba hablar del numerito que montaron el otro día en el Congreso el antropoide Tardá y compañía, un paso más hacia la independencia de Cataluña, perdón, Catalunya, que por ahí empieza todo: cuando los Vázquez Montalbanes y demás charnegos intelectuales principiaron a escribir Catalunya en periódicos en castellano. He dicho independencia, sí, y no esa soplapollez del soberanismo o secesionismo que dicen a todas horas los ‘periolíticos’, o sea, los periodistas que sólo saben hablar de política, que ya lo dijo Santiago Carrillo: en realidad, muchos periodistas querrían ser políticos. Lo de Cataluña será, sí, una independencia en toda regla, que para eso ha dedicado toda su vida al menester Jordi Pujol, el tío más dañino (no olviden a Arzallus) que ha parido madre: “tan inteligente como insoportable”, dijera de él Salvador Pániker. Pero no crea don Jordi que lo suyo tiene mucho mérito. La cosa venía rodada de muy atrás, que ya lo dijo Ortega: “Lo de Cataluña no tiene ...

Noticia de alcance

    Noticia de alcance: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”, según acaba de declarar por escrito Jorge Manrique, en una cosa impresionante que le ha dedicado a su padre recién muerto, que nada más publicarse ya es considerada pieza cumbre de la literatura del género, junto al estremecimiento telúrico de Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé y la no menos portentosa de Lorca al torero-poeta, Ignacio Sánchez Mejías. Perdón, perdón, se me acaba de ir la pinza. Es que, hablando de ríos que van a dar a la mar, se me han cruzado unos ríos con otros. La noticia de alcance del otro día (nunca supe por qué se dice lo del alcance) fue la siguiente: “Las cuencas de todos los grandes ríos están en alerta por desbordamiento, excepto la del Júcar y la del Segura”. Ahí te quería yo ver, caporal.   El caporal no es otro que Zapatero, claro está. A la mañana siguiente de tomar posesión, en mala hora, como presidente del gobierno -ah, funesto y ...