Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2015

Rato o la gran mentira

    Lo dijo una vez Antonio Banderas, él sabrá por qué: “Detrás de un gran ídolo de Hollywood hay… una gran mentira”. Justamente eso es lo primero que pienso cada vez que aparece uno de esos ídolos de las finanzas. ¡Mario Conde! ¡Rato! Y que conste que lo tengo escrito mucho antes de que se lo leyese a Muñoz Molina: “Vi dos intervenciones de Rodrigo Rato en Nueva York cuando era director del FMI… En la primavera de 2007, RR vaticinaba que la economía mundial crecería sin sobresaltos un 5%, y que si acaso habría una desaceleración ligera en EEUU, apenas un contratiempo que se corregiría en unos meses”. Pues bien, un año y pico después, en septiembre de 2008, el gran gurú, el brujo, el maestro universal de las finanzas, un tal Alan Greenspan, ante una comisión del Senado norteamericano, decía lo que sigue acerca de la abrupta conversión de la burbuja económica en una uva pasa: “Me siento es un estado de atónita incredulidad”. Toma ya. O sea, que el idolatrado gurú, que ...

La pena moral

      Ahora que se cumple un año de la muerte de García Márquez, no es mal momento   para contarles lo que sigue, a saber: que uno alucina con los escritores sudacas, dicho sea sin ninguna connotación despectiva, sino todo lo contrario: con toda la admiración de que es capaz este ‘admirador profesional’ de los grandes escritores. Ese Neruda, ese Borges, ese Fuentes, ese Vargas… ese García Márquez. Sobre todo, ese García Márquez. ¿Se puede escribir mejor que García Márquez? Calla, hombre, calla. La escritura de García Márquez es como un regalo de los dioses “para los que tenemos la suerte de hablar y conocer la lengua de Castilla”. Lo entrecomillado es de Neruda, ese genio telúrico. ¿Que de dónde mi alucinación por los mentados escritores? Me explico. Porque, además de la inmensa calidad de su obra, cada dos por tres, me encuentro, al tenazón, convertidas en oro, palabras y expresiones que forman parte de mi más prístina biografía, que corre, claro es, parale...

Pepe Silva

    Cuando hube de escribir, pronto hará tres décadas, el nombre de mi tío, con el que me había criado, en el certificado de defunción, me estremecí de tal modo, que se me cayeron en el papel dos lágrimas como puños. Tenía cuarenta y cinco, diez más que yo. De aquello me acordé el otro día, cuando me pusieron por delante el acta de defunción de mi amigo Pepe Silva. Esta vez no se me cayeron las lágrimas de antaño, pero sentí tal estremecimiento, que cuando llegó la hora de plasmar su nombre, letra a letra, casilla a casilla, nombre, JOSÉ MARÍA, primer apellido, SILVA, segundo apellido, DOMÍNGUEZ, me quedé parado unos instantes interminables. El trabajador de la funeraria fue testigo de lo que digo. Me quedé paralizado, sí, mientras me preguntaba si aquello podía ser cierto. Pero lo era, ay. Escrito ya mi nombre en el encabezamiento, cuando hube completado el suyo, pensé que no hay modo más tenebroso de unir en un papel los nombres de dos amigos. Es que José María era ...

La procesión bajo el puente

          Madrugada del Jueves Santo, la madrugá, o sea. Enchufo la radio, por ver cómo van las cosas por el mundo, y me quedo enganchado hasta las tantas: el libro entre las manos, la mirada en el techo, la luz encendida, los ojos cerrados. Radio Nacional retransmite las procesiones, en una especie de Carrusel Deportivo y religioso,   silencioso y respetuoso, sigiloso: Zamora, Valladolid, Sevilla… y Málaga. Y en Málaga, entrevistan al malagueño más célebre del momento, Antonio Banderas, quién va a ser. Yo ya sabía, conversaciones con Jesús Quintero, que Antonio es un hombre de mucho talento, y una vez más lo demuestra. Como si estuviera rodando, hilvana un discurso lleno de infancia y biografía, y entre otras cosas dice: “He tenido en el balcón de mi casa, viendo las procesiones, a importantes actores y directores ingleses y americanos, y después de quedarse boquiabiertos, todos decían lo mismo: es increíble que esto no sea conocido en el mundo e...