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Mostrando entradas de junio, 2015

De ingenieros, tributos y meadas

   Iba una vez Umbral con un amigo, “escritor de izquierdas” (no dice el nombre), paseando por la orilla de un pantano franquista, cuando en esto que el otro va y le dice: “Aquí es donde los ingenieros se mean en todos los prosistas y poetas” (lo leí anteayer). Y de inmediato se me viene a las mientes mi columna de este periódico titulada “Ingenieros al poder”. Toma ya puntería. Es que es tal la fascinación que tengo por las grandes obras de ingeniería (les recuerdo que en estas páginas le dediqué una encendida columna al puente Vasco de Gama), que cada vez que transito por los colosales viaductos que atraviesan el Tajo y el Almonte, siento una enorme satisfacción. Si miro hacia un lado y me topo en la distancia con las asombrosas construcciones de los puentes del AVE (llamémosle AVE), entonces la felicidad es total, completa, pues que a lo anterior se une otro pensamiento: que mis impuestos no sólo sirven para alimentar a miles de políticos superfluos (ay, ese inservible ...

El bocadillo y la Macarena

    La alcaldesa de Madrid, la joven ‘Carmina’, ha justificado el asalto a la capilla de la Complutense, que en su día perpetrase la portavoz del ayuntamiento, como cosa de la libertad de expresión o algo así. Ada Colau, la novísima alcaldesa de Barcelona, ‘descubre’ la capilla del ayuntamiento de Barcelona y, sobre la marcha, decide desacralizarla para destinarla a usos laicos.   Hasta ahí, normal. Quiero decir que la cosa no me extraña nada viniendo de donde viene.     Lo que no me parece de recibo es esto otro, que publicaba ayer este periódico: “El novenario de la Virgen de la Montaña no ha pasado el trámite para obtener el título de Fiesta de Interés Turístico Regional”. Mal terminamos. Digo mal terminamos porque la decisión ha sido tomada por personal de la Junta, perdón del GobEx, o sea, del PP, que tienen ya el pie en el estribo (venga, a leer las últimas páginas del Quijote). A no ser que alguien con buen criterio haya pensado que un...

El balcón de Luis Landero

        Qué suerte tengo: Luis Landero no escribe en este periódico. Si lo hiciere, me daría tanta vergüenza publicar a su lado, que habría dejado de hacerlo de inmediato, pues que uno no es digno ni de quitarle el polvo de los zapatos. Sería algo parecido a lo que hiciera el padre de Picasso cuando vio cómo pintaba Pablito a los catorce años: no volvió a agarrar un pincel. Dice Caballero Bonald que él no sabe escribir mal: Luis Landero no es que no sepa escribir mal, sólo sabe escribir como los dioses.             No me equivoqué cuando le dije a bocajarro que “Juegos de la edad tardía”, su ‘opera prima’, sería un referente en la historia de la literatura en español. No me abrumes, me contestó abrumado, con la humildad y sencillez de la que está fabricado, día en que este periódico le entregase el premio Extremeño de HOY. Luego, irían cayendo cual maná literario, títulos y más títulos, unos más exitosos q...

Once millones de muertos

  Lo ha dicho do ñ a Tania, la docta ex de Pablo: "La cuarta parte de la poblaci ó n espa ñ ola puede morir de hambre". O sea, once millones, tirando por lo bajo. Y los seminarios vac í os. ¿ Que qu é tiene que ver una cosa con la otra? Est á clar í simo: si hay escasez de sacerdotes para los oficios cotidianos de hoy, cuando empiece el multitudinario baile de muertos fam é licos, tendr á n que habilitar/autorizar a los sacristanes, pero ni sacristanes hay, ay. Menos mal que los muertos de hambre abultan poco y llegado el caso podr í an meterse tres difuntos en un mismo f é retro y hacer como en las grandes cat á strofes: una misa f ú nebre por cada veintena de cajas, con lo que tendr í amos un montante de sesenta difuntos por sepelio. Lo que pasa es que hasta llegar a los once millones, nos va a costar Dios y ayuda, nunca mejor dicho: doy por sentado, claro es, que, llegado el momento, la mayor í a de la poblaci ó n espa ñ ola seguir á practicando las seculares costum...