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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Tercio medio de la trompa

    La fecundación, o sea, la unión del óvulo y el espermatozoide, se produce en el tercio medio de la trompa, y desde allí, al cabo de unos días, el embrión así formado desciende hacia el útero, donde anida, nos dijo el profesor de tocoginecología, me acuerdo como si fuera hoy, Salamanca, años setenta, siglo XX. Por múltiples y variadas causas, en algunas mujeres, la fusión entre dichas células no llega a realizarse, con lo cual, ya tenemos a la mujer condenada a la esterilidad de por vida. Ante dicha tesitura, a alguien se le ocurrió la siguiente y genial idea: ¿Y por qué no hacemos la fecundación en el laboratorio y luego implantamos el embrión directamente en el útero? Dicho y hecho. Fecundación in vitro le llamaron. Pues bien, a esa sencilla intervención, que ha librado a miles de mujeres de una condena bíblica, un señor obispo, el de Córdoba, acaba de llamarle “aquelarre químico de laboratorio”, añadiendo a continuación que los niños tienen derecho a nacer del a...

Vamos a reflexionar

    He salido a la calle a comprar el periódico y me he encontrado la ciudad en una extraña calma: todo el mundo en silencio o hablando en susurros; los conductores manejando (así dicen los de allende los mares) con una inusitada suavidad: nada de prisas y acelerones, nada del pom-pom-pom atronador habitual; los ‘amotos’, no digamos. ¿Ha pasado algo?, pregunto al de la tienda. Es que hoy es la jornada de reflexión. ¡Ángela María¡ le respondo, muy bajito, claro. El caso es que anoche ya noté algo raro. Verán: luego de la preceptiva cena navideña, el restaurante a reventar, jodida crisis, me llevaron a rastras a uno de esos bares oscuros, de música retumbante y horrísona (menos mal que ya no hay humo: gracias, ZP, una vez más). Dile que bajen un poquito el volumen, que no hay forma de entenderse, dijo uno. Dicho y hecho, oyes. Y al instante cesó el desgañitamiento del personal todo, dando paso a conversaciones sosegadas y silenciosas. Pero hubo algo más: los miles de jóve...

En señal de agradecimiento

      Dijo el otro día Pablo Motos, ese listísimo Van Gogh de la pintura televisiva, que la gran aportación de Zapatero a la causa nacional fue la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Muy importante disposición, ciertamente. Tan es así, que a partir de aquel latigazo legislativo, la mayoría de los países que llamamos civilizados fueron incorporando tan justa como necesaria norma a sus respectivos códigos. Pero con ser importante aquello, nada que ver, empero, con esto otro: la aprobación in extremis (de perdidos, al río) de la más trascendente medida de salubridad pública de los tiempos modernos, sí: la prohibición de fumar en lugares públicos. Considero de tal trascendencia la medida que, a mi entender, aquello supuso la segunda estrella Michelín para España (la primera es lo del matrimonio homosexual). Un paréntesis: Ustedes saben que dichas estrellas, lo mismo que se conceden, se pueden ‘desconceder’. Pues bien, que no se...

Hoy tocaba hablar de...

   Hoy tocaba hablar de la conferencia del clima, del cambio climático más bien, que se celebra por estos días en París. Más que nada para tranquilizar al personal, que para eso me he leído yo varias veces “La venganza de la Tierra”, magnífica obra de uno de los más conspicuos activistas (he dicho activista, no terrorista) de la cosa ecológica, un científico de prestigio universal, creador de la hipótesis Gaia: la Tierra es como un ser vivo que se autorregula. He dicho “para tranquilizar al personal”. En efecto, es que tal y como se está trasmitiendo el asunto, sobre todo cuando lo hacen los insensatos (faltos de sensatez) de siempre, ignaros de consuno, parece como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina. Nadie podrá decir que yo he dicho que no se esté produciendo un incremento de la temperatura del planeta: los datos son incontestables. Pero de ahí a inferir una catástrofe universal, hemos hablado bastante. Si acaso, un ‘cambio de vida’ universal, pero d...