Demoledor terremoto el de Italia, nunca mejor dicho. No obstante, las terribles imágenes no parecen inéditas: son como las de todas las sacudidas telúricas en las que hay mucha muerte de por medio. Nada nuevo bajo el sol, pues: bajo la tierra en este caso. Ustedes me perdonarán si les digo que, ocho horas antes, contemplando la "joven" silueta geológica de las montañas italianas, a uno le rondaron por la cabeza los "daños colaterales" que, en forma de movimientos sísmicos, producen las monstruosas fuerzas que las han hecho emerger: la colisión de placas tectónicas. Cuando a la mañana siguiente, ido ya de tierras italianas, me entero de lo sucedido, me quedé de una pieza. Comoquiera que esta clase de tragedias las hemos visto repetidas en numerosas ocasiones, ya digo, y ésta no tiene nada de ´excepcional´, permítanme que me detenga en las palabras de un obispo de la zona siniestrada: "Ha sido muy doloroso dar la bendición a niños sepultados bajo los...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa