Doña Rita se ha ido y todos saben cómo ha sido: a consecuencia de un infarto de miocardio, que también es mala suerte: la mayor parte de los infartos no producen muerte súbita, afortunadamente. Hasta ahí, todo normal: el mismo día, a la misma hora, en el mismo Madrid, más de uno corrió el mismo destino, con toda seguridad. Entonces, a cuento de qué el impresionante follón montado con la muerte de doña Rita en/por los medios de comunicación, mayormente la televisión. Está claro: porque se trataba de un popularísimo personaje del mundo de la política, que para más inri acababa de declarar ante el Tribunal Supremo por una de esas cosas feas que hacen los que mandan mucho tiempo. En efecto, pero no sólo por eso, sino porque nada más conocerse la noticia, los parientes de un lado y los del otro, principiaron a tirarse el cadáver a la cara, con lo que ya tenemos el lío montado. ¿Que quiénes son los parientes? ¡No me digan que no lo saben! Pues claro: sus ex compañeros de partido...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa