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Mostrando entradas de octubre, 2018

QUÉ MALA SUERTE

   Sofocado apenas el incendio hispano-saudí por el asunto de los “misiles por corbetas”, señora ministra, si no les entregamos los misiles, nos jugamos 40.000 puestos de trabajo, y no está el horno del paro para bollos en la bahía de Cádiz, les iba diciendo que apenas apagado el fuego provocado por la señora Robles, al suspender temporalmente la entrega de 400 misiles a los saudíes (fue vista con una mecha de ética en la mano), como respuesta al bombardeo del ejército arábigo a un autobús de civiles en Yemen, más de la mitad niños, va y se produce otra deflagración mundial relacionada con Arabia-Saudí, en la que muere descuartizado un periodista turco en el consulado de dicho país en Estambul. ¿Y ahora qué hacemos? Seguimos en las mismas, doña Margarita. Y por si faltaba algo, tenemos las elecciones andaluzas encima. Lo cual que la señora ministra ha tenido que tragarse sendos ataques de ética. No me digan que no es mala suerte: dos sapos venenosos en cuatro días.   ...

DON CARLOS

    DON CARLOS Agapito Gómez Villa    Como ven, de un tiempo a esta parte, me he vuelto muy crítico, alguien tendría que serlo, con los medios de comunicación, mayormente la televisión. Estoy convencido de que son los culpables de que mucha gente a la que no les falta de ‘na’, vivan envueltas en una nube de miedo y pesadumbre. Oiga, que conozco a más de uno que ha decidido no ver los telediarios. Claro, que, a este respecto, no soy el primero. Vean cómo comienza el gran científico, James Lovelock, su magnífica obra, “La venganza de la Tierra”: “Como siempre, las malas noticias predominan en los medios de comunicación”. O lo de Borges: “Es que llenar un periódico diario…”. Digo yo que, ya puestos, podrían poner un poquito más de interés en las cosas agradables, que las hay. Veamos.   Esta misma semana, la muy prestigiosa revista médica, “The Lancet”, acaba de publicar un estudio que apenas he visto reflejado, y cuyo resultado, en lo que a nuestro pa...

RESIDENCIA 'SANTARIA'

     RESIDENCIA ‘SANTARIA’           Agapito Gómez Villa      A propósito del cambio de nombre, absolutamente justificado, del Hospital Infanta Cristina, cuyo empujón penúltimo me consta que ha sido el de Tomás Martín Tamayo, me ha venido a las mientes un suceso, cuyo devenir vino determinado por el cambio de denominación de un hospital. Helo aquí.   Desde que tengo memoria, en Cáceres siempre hubo dos centros hospitalarios perfectamente diferenciados: La Residencia y el Hospital. Con dichos nombres, todo el mundo lo tenía claro. Por cierto, cuando a los diez años, octubre, 1961, llegué de la mano de mi madre a la Residencia, para que me extrajeran un balín incrustado en el cuello un año atrás, “¡que te mato!”, me dijo riendo el muchacho que me pegó el tiro, creyendo que la escopeta estaba descargada, les iba diciendo que al llegar al lugar, en el frontispicio del mismo rezaban por aquellos días estas dos palabras...

RUFIÁN Y EL NÓBEL DE LA PAZ

    RUFIÁN Y EL NÓBEL DE LA PAZ         Agapito Gómez Villa      A mí es que Rufián me tiene embobadito. Cada vez que lo veo batiéndose el cobre por su tierra natal, Catalunya, perdón, Cataluña, es que Arcadi Espada ha escrito un libro titulado “Contra Catalunya”, que así lo escribiera siempre aquel escritor-cocinero y charnego, Vázquez Montalbán, les decía que cuando veo a Gabrielillo, se me abren las carnes: con esa pinta que ostenta de 'saltador de pértiga noruego', portador de purísimo ADN catalán, como corresponde a un vástago de jienense y granadina, o al revés. El otro día hasta se atrevió a criticar al presidente de su predio, el tal Torra: “Los ultimátums los carga el diablo”, comentó, ufano. Si tú supieras, Gabriel, la consideración que en el fondo te tienen los que llevan “ocho apellidos catalanes”.     “Usted ha nacido en Cataluña, pero no es catalán”, le dijo una vez Jordi Pujol, el tío más malo del mundo, ...