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Mostrando entradas de octubre, 2019

EXHUMACIÓN versus ESHUMACIÓN

    Le dijo Jordi Évole a Carlos Herrera: “Te voy a contestar con una frase que le leí a Manuel Vicent, que decía que a Franco había que exhumarlo del cerebro de los españoles”. A lo que Herrera le contestó a bocajarro: “Sobre todo de los de izquierdas, que lo quieren revivir constantemente. Es decir, resucitarlo para que permanentemente les sirva de excusa de enfrentamiento con los demás” (sic). Toma ya. Ni que decir tiene que Évole, a pesar de su alacridad mental, se quedó sin respiración: le habían dado el golpe en todo lo alto, a él mismamente.     He aquí, textual, lo de Vicent: “Sacar a Franco de la tumba es muy fácil. Lo complicado es exhumarlo del cerebro de gran parte de los españoles”. Pues bien, ya tenemos hecho lo fácil: Franco exhumado, ‘transhumado’ en helicóptero y reinhumado en El Pardo. Ahora nos queda, pues, la labor más complicada, según queda dicho:   sacarlo del cerebro de los españoles, “sobre todo de los de izquierdas”, empezando por e...

ESPAÑA: LA CRUZ Y LA CARA

      ESPAÑA: LA CRUZ Y LA CARA  Agapito Gómez Villa        La cruz. <<Soy un hombre de imágenes, más que de palabras; por eso recuerdo tan bien la “semana trágica” de Barcelona, en 1909, cuando, a los siete años, desde el tejado de una casa veía de noche las hogueras de la ciudad, el resplandor de las llamas en el cielo>>. Cuando lo leí, hace casi cuarenta años, me pareció algo tan del pasado, que por nada del mundo me hubiera podido imaginar que las llamas nocturnas volverían a iluminar, ay, las luminosas avenidas de Barcelona. Quien se lo cuenta a Manuel Vicent es Josep Lluis Sert, catalán de pura cepa (hijo del conde de Sert), prestigioso arquitecto que fuera decano de la Escuela de Arquitectura de Harvard.    Imposible imaginármelo, ya digo. Es que yo era muy joven. Pasados los años, repletas las alforjas de la memoria, hoy no me sorprende nada, lo que se dice nada: ni siquiera lo de Barcelona. Es que lo d...

FRANCO Y EL GATO

  “¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines,..”. ¡Ya viene el cortejo de los paladines, perdón, de los albañiles! Lo entrecomillado es del gran Rubén Darío, del que dice García Márquez que cómo es posible que ese indio haya podido escribir algo tan grandioso “con la misma mano con la que se limpia el culo” (sic). Lo siguiente es mío, claro, imaginándome la inminente llegada, piqueta en mano, de la cuadrilla al amanecer (no del amanecer, ojo). He juntado ambas cosas para describir el glorioso momento triunfal que, según el gobierno, será la exhumación de Francisco Franco. Pero me da a mí que el chasco va a ser morrocotudo: allí no está Franco, sino los “restos de Franco”,   tal que el otro día señalase expresamente “El Roto”, excelso humorista gráfico. O sea, un puñado de huesos reposando desde hace cuatro décadas y pico. A propósito: la decepción va a ser mayor cuando comprueben, asimismo, que los huesos del dictador ni reposan, ni descans...

LA MADRE VESTIDA DE NOVIA

   Perdido andaba uno en divagaciones varias, mientras el sacerdote casaba a la pareja (que los contrayentes son los que se casan y que el cura es un mero testigo, o intermediario, no se lo cree nadie: “nos casó don Fulanito, dice todo el mundo), les decía que, cuando más ajeno estaba a la ceremonia, me encontré de pronto con la imagen más bella, más dulce, más entrañable, más pura, más hermosa, más tierna, más emotiva que me ha sido dada presenciar en los últimos quinientos años: la madre vestida de novia, llevando a su niña en el regazo, ambas inmaculadas de blanco, camino de la pila bautismal. Si a eso le añadimos que la novia es de esas personas que irradian una luminosidad especial, para qué contarles más. De ahí que no me sorprendiese nada la respuesta al oficiante: “Qué nombre habéis elegido para vuestra hija”. “Luz”. Para redondear la faena, el señor cura, un cura como Dios manda, habló, claro es, del consabido amor ‘de San Pablo’ a los corintios, pero tuvo la suma d...