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Mostrando entradas de agosto, 2020

LOS VIRUS Y LAS VIRAS

                 LOS VIRUS Y LAS VIRAS           Agapito Gómez Villa    Hoy, lo lógico habría sido hablar de Messi, pero de Messi se ha escrito en esta semana más que de cualquier premio Nobel en toda su vida, dónde va a parar. Ahora resulta que, así como existen periodistas a los que presentan como "experto/a en Casa Real" -qué vergüenza me daría-, existe, asimismo, la subespecialidad Messiánica.  Descartado Messi, no hubiera sido mal día para hablar de los memos, cretinos, idiotas, majaderos, imbéciles que, coincidiendo con el trigésimo aniversario de la tragedia de Puerto Hurraco, siguen hablando de la "España negra", cuando no "profunda", como si nuestra tierra no estuviese habitada mayoritariamente por gentes sencillas, amables y pacíficas. So ignorantes: entonces, el atentado de Hipercor, o el de la casa-cuartel de Vich, o el de la plaza de la República Dominicana, de dónde salieron...

JARABE ANTIDEMOCRÁTICO

   JARABE ANTIDEMOCRÁTICO Agapito Gómez Villa   Intolerable lo acontecido hace pocas fechas a Rosa Díez, mientras pasaba unos días de 'aislamiento,' acompañada de su familia, nietos incluidos, en la casona asturiana de un amigo que fuera compañero de UPyD, extinto partido, ay. Digo 'aislamiento' porque es lógico suponer que doña Rosa había elegido tan recóndito lugar para huir de los cotidianos acosos a los que viene siendo sometida en su mansión de Galapagar, perdón, en su domicilio donostiarra. Es que, doña Rosa, aunque retirada de la actividad política, es una implacable comentarista, cuyos dardos van dirigidos con frecuencia contra el líder de Podemos, al que llama de todo, menos bonito. Pues bien, en cuanto los partidarios de Iglesias se enteraron de la presencia de la señora en el predio, no tardaron en reaccionar: de inmediato, principiaron el asedio -"Rosa Rata" pintaron en la carretera-, hasta lograr que abandonase el lugar. A los que s...

EL SUPERÁVIT MUNICIPAL

  Toda la vida brindando ideas a los gobernantes y, al día de hoy, a ningún de ellos, legiones, se le ha ocurrido, no ya hacerme un regalito, sino darme las gracias siquiera. Como dijera en precedente ocasión, me conformaré recordando que al gran Arquímedes no le pagaron ni un triste dracma por descubrir el "principio" que lleva su nombre, gracias al cual pueden navegar los barcos. ¿Habrían flotado, acaso, las carabelas sin el "Principio de Arquímedes"? Calla, mujer. Ni descubrimiento de América, ni leches. Pues ya digo; ni un simple dracma. Decía Umbral que el mundo no se arregla desde una columna periodística. Pero eso era él, que sólo sabía hacer poesía en prosa. Los columnistas de a pie, como yo, tenemos que justificar el jornal aportando ideas, bueno, ocurrencias si lo prefieren, tal que, como recordarán, dijera de Ortega don Manuel Azaña, al que le viene pintiparado lo de Alfonso Guerra sobre Tierno Galván: "una víbora con cataratas". Azaña: "Or...

UN SANTO JUNTO AL REY EMÉRITO Agapito Gómez Villa Se me ocurrió la otra noche, viendo a un saltarrostro, animalito desagradable donde los haya, realizando su benéfica labor: zamparse los mosquitos con una destreza cuasi artística. Como es sabido, todos los seres vivos, por muy repulsivos que nos resulten, tienen su cometido en la naturaleza. ¡Pablo Iglesias! No me digan ustedes que hoy no hubiese agradecido don Juan Carlos haber tenido a su lado, desde el principio de su reinado, a una víbora, perdón, a un santo como Pablo Iglesias. Un santo, sí. Aunque cueste trabajo creerlo. Pablo, con esos andares de pistolero que desenfunda el primero, es un hombre que no conoce la maldad, ni la mentira, ni el cinismo, ni la impostura, ni nada de nada. Por no conocer, no conoce ni a Maduro. Por no saber, no sabe ni para qué sirven las tarjetas de los móviles. Bueno, algo sabe: algunas citas de Engel y otras tantas de Marx, que las usa para adornarse un poquito en los mítines y quedar con la boca abierta a la concurrencia, con su verbo apostólico encendido. Pablo, sin tener ni barruntos del particular, ha hecho suya la enseñanza del Eclesiastés "Quien añade sabiduría, añade sufrimiento". En suma: Pablo, don Quijote con coleta, no necesita otro bagaje para llevar a cabo su misión sobre las tierras de España: desfacer entuertos y proteger viudas, en su caso solteras (que se lo pregunten a Dina). En fin, que si don Juan Carlos hubiese tenido a su vera, parlamentaria o no, a un Pablo Iglesias, hoy no estaría dando tumbos ancianos por esos mundos de Dios. ¿Habría consentido Pablo, monárquico hasta la médula, que el rey de la "Santa Transición" (Umbral dixit) se hubiese deslizado un pelín en sus cuentas borbónicas? Calla, mujer. En cuanto Pablo se hubiese enterado de las cosas que todo el mundo sabía, -¿que no?, vamos, no me sean ingenuos- le hubiese sacado los colores a los decolorados y tibios parlamentarios, y ya de camino al monarca. "Porque eres tibio, te vomito", dijo Jesucristo. Con un Pablo Iglesias en activo, ni por asomo se hubiese atrevido Felipe Gónzalez a decir lo que dijo, que lo vi yo en la tele, prognatismo labial de la acritud en ristre: "Había que conseguirle una fortunita al rey". El pollo que hubiese montado Pablo habría sido de época. Aunque de ello no se hubiese seguido ninguna consecuencia legal/penal: ¡el rey es inviolable!, que digo yo que bien podrían haber elegido otra palabrita: inimputable, por ejemplo. A propósito de la inviolabilidad del rey. Siempre me pareció que los que merecían ser violados son los que pusieron en la Constitución, que digan lo que digan, hace aguas por todas partes (ah, la funesta ley electoral y los partidos nacionalistas/independentistas), decía que los que hubieran merecido una violación al uso son los que acordaron que el rey fuese inviolable. Ahí tenéis las consecuencias: so cegatos, so insensatos. San Pablo Iglesias, ruega por nosotros.

UNA HISTORIA CERVANTINA

UNA HISTORIA CERVANTINA         Agapito Gómez Villa    Cada vez que leo algo de Cervantes, me trastoca todos los planes columnarios (de la columna). Tenía yo bien pergeñado el asunto de esta semana, y va el Manco de Lepanto, ése sí que pasó crisis económicas y de las otras, y nunca se quejó, y va, decía, y me pone patas arriba lo ideado:  un ensayo sobre cómo los antaño preteridos informadores de la socioeconomía se han ido adueñando de los medios en general y de la prensa en particular, de modo y manera que hoy no eres nadie en el mundo del periodismo, si no hablas del estado de la cosa: ruinoso, por supuesto. En efecto, cuando yo era mozo, había una sección en los periódicos intitulada "Economía y Trabajo", que venía en las páginas de atrás, cerca de los deportes y por ahí. Pues bien, prueba de lo que digo es que, en estos días pandémicos, la noticia princeps no es la cara A del virus (contagiados, ingresados, hospitalizados y por ahí se...