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Mostrando entradas de mayo, 2021

FELIPE VERSUS ZAPATERO

O mucho me confundiría, o Felipe González ganaría de calle las próximas elecciones generales (misma edad que Biden). Es lo que me dice mi olfato, que no en vano es el primer sentido que aparece en la filogénesis (al diccionario). Lo cual, que estuvo el otro día en "El Hormigonero", ustedes disimulen, y demostró que tiene la cabeza más lúcida que nunca y el verbo tan brillante como siempre. Ah, y más conchas que un galápago del imserso de los galápagos. No le votarían, claro es, los socialistas de Pedro Sánchez y los comunistas de ex-Iglesias, ésos que le llaman viejo: los mismos que piensan que la historia empieza cuando ellos nacieron. Pobrecitos. Prosigamos. Cuando González llega al poder, 1982, vivían todavía muchos españoles que habían combatido en el bando perdedor de la guerra y muchísimos más que habían vivido la dictadura en el mismo bando. Pues bien, con aquellas mayorías parlamentarias aplastantes, ¿qué trabajo le hubiera costado a Felipe sacar a Franco del Valle...

¡SON MIS NIETOS!

Hay que ser lerdo/a en grado supino para urdir el traslado, de incógnito, a un hospital de Logroño, del jefe polisario más perseguido por el régimen marroquí (por la justicia española, también), no por ser un hermanito de la caridad, precisamente, pensando que no se iban a enterar los espías de Mohamed, bonitos son, provocando con ello la mayor crisis político-diplomática, reciente, entre Marruecos y España. Pero hay cosas peores: la respuesta del país vecino. Hay que ser un canalla sin escrúpulo alguno, para vaciar las escuelas de niños y enviarlos, “marcha verde infantil”, al otro lado de la frontera, con el señuelo de que “Juegan Ronaldo y Messi en Ceuta”. (Hoy, miles de padres andan locos por encontrar a sus hijos, antes de que sean repartidos por la península). Yo sé, gracias a don José Ortega, que las creencias son impermeables a la razón. Pero con todo y con eso, si yo fuera ciudadano marroquí, estaría abochornado por el suceso: de puertas adentro, claro; ¡cualquier...

LA PERIPECIA VITAL DE UN HOMBRE

Lo leí una vez en Umbral, hablando de Salvador Pániker, y me quedé con la copla para siempre: "Prefiero la peripecia vital de un hombre a toda una filosofía". Julián Marías, mismamente: el hombre de más altos principios morales que me he echado a la cara. Fue el caso que, no ha muchos días, releyendo su autobiografía, me encuentro con algo que, en la era 'prepandémica', me pasó cuasi inadvertido: "He tenido muy pocas enfermedades en mi vida, salvo las de la infancia y la terrible gripe que se desató en 1919 y 1920... Sólo quedó en pie mi padre... Mi madre y mi hermano estuvieron gravísimos... Oía decir que el día anterior habían muerto quinientas o seiscientas personas...", pavorosas cifras si tenemos en cuenta que Madrid no pasaría por entonces del medio millón de habitantes. No creo que sea necesario comentar que parece que estuviese hablando, tal cual, de la pandemia que venimos sufriendo desde hace año y medio. Con dos grandes diferencias. Una: q...

IGLESIAS: "PRINCESA DE ASTURIAS"

Han leído bien. Desde estas páginas, pido con toda convicción un “Princesa de Asturias” para don Pablo Iglesias. Por una dignísima y elemental razón: “de bien nacidos es ser agradecidos”. Lo cual no es óbice para añadir algunas expresiones populares, pintiparadas para la ocasión: “con Dios vaya”; “es más la alegría que el sentimiento”; “a enemigo que huye, puente de plata”, y por ahí. A más de uno le parecerá excesivo un premio de tan magno prestigio. Pero es que el favor que don Pablo ha hecho con su marcha a la convivencia nacional, no se lo pagaremos ni con todo el oro, la plata y la mirra que contenían las cuarenta maletas provenientes de Venezuela aquella madrugada, y que sólo Ábalos sabe dónde están. Y hablando de Venezuela: es que parece mentira que hayamos podido tener de vicepresidente a un señor cuyo afán era implantar en España un régimen en el que la contratación de sicarios (léase matones) para agredir policías, como en Vallecas, fuese algo consuetudinario, paso prev...

EL CASCABEL SANITARIO

Cada año, por San Blas, mi madre nos colgaba del cuello un cordoncito para que nos protegiera de los males de la garganta. Mi hermano el chico estuvo a punto de morirse de una difteria: por no llevarlo. Es que, ya por entonces, había empezado a decaer la antigua costumbre. Con esos antecedentes, entenderán ustedes la sorpresa que me llevé, siglos más tarde, al escuchar lo del “cordón sanitario”, de labios de un actor argentino, Federico Luppi, empeñado en colocárselo a los del PP, no con afanes sanatorios, sino con intención muy distinta: aislarlos del resto del personal, políticamente, claro. Manda ‘güevos’ que hubiera de ser un extranjero el fautor de semejante propuesta. ¿Se imagina usted a Sacristán proponiendo lo propio para un partido argentino? Calla, mujer. Pues bien, el cordón sanitario ha vuelto. Esta vez se lo quieren poner a Santiago Abascal y a Ortega Lara, señores a los que yo no creo que les importase demasiado. Ambos tienen el cuello encallecido por los alambres d...