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Mostrando entradas de mayo, 2022

LA FRIVOLIDAD Y LA MUERTE

LA FRIVOLIDAD Y LA MUERTE Agapito Gómez Villa No sé si es que nací así, o es que me marcó para siempre la muerte de un hermano pequeño. Lo cierto y verdad es que en la muerte de cualquier ser humano siempre he visto lo que es: una tragedia. “Ver en lo que es”, dijera Stendhal”, aunque yo por entonces no tenía ni barruntos de dicho señor. Mientras escribo (dice Umbral que hablar y escribir son las mejores maneras de pensar, salvo para Einstein, que pensaba sin palabras), mientras escribo, les decía, he llegado a la conclusión de que lo mío es cosa de nacimiento, pues que antes de la muerte de mi hermano, cuando los muchachos de la calle gritaban alborozados, “¡hoy echan una de guerra”!, me disgustaba. Yo, claro es, no conocía de nada a ninguno de los cientos que morían en la película, perdón, en la peli, pero tanta sangre me producía mucho desagrado. A mí las que me gustaban eran las pelis, ¡horror!, de amor, en las que siempre la actriz principal era bellísima y...

AUTOVÍA JUAN CARLOS I

“Don Juan Carlos ha venido/ todo el mundo sabe cómo ha sido”. Disculpen tan pedestre ripio, pero es que en este caso no podemos recurrir al “nadie sabe cómo ha sido” del buenazo de don Antonio: todo el mundo sabe que don Juan Carlos ha llegado en un avión de lujo, pagado por un amigo, por supuesto. De haber tenido que pagarlo de su bolsillo, seguro que no volvemos a verle el pelo: buenas se las gasta el señor con las cosas de los dineros. ¿Que no? A don Emérito le gusta más el dinero que a un chivo la leche. Lo escribiera, treinta años ha, su hoy amigo, Raúl del Pozo: “Al rey no lo van a echar a perder sus cientos de amantes, sino los trescientos mil millones de pesetas que se le calculan” (sic). Y la clavó (Raúl, claro). Es tal el vicio que ese hombre tiene por el dinero, que por dinero ha tirado por la borda el más grande prestigio que haya tenido un gobernante en siglos: habiendo recibido, intactos, todos los poderes de una dictadura, en cuatro días los entrega al pueblo es...

DE LA POBREZA Y SUS FORMAS

El ministerio de Igualdad, que preside la doctora, perdón, la docta doña Irene Montero, quiere que la menstruación dolorosa sea causa de incapacidad laboral, lo cual me parece de perlas, expresión ésta, la de las perlas, que a pesar de su presunta ‘vulgaridad’, también la escribiese, carta a Francisco Umbral, el gran Miguel Delibes. Me parece de perlas, ya digo, pues que en no escaso número, el proceso provoca grande sufrimiento. Recuerdo como si fuera hoy el día en que el profesor de Medicina Legal comentase que el catedrático precedente había conseguido que el código penal incluyese como atenuante el llamado Síndrome de Tensión Premenstrual. Afortunadamente, los tiempos han cambiado. En la actualidad, la medicina cuenta con recursos para minimizar tan desagradable proceso: detrás de cada menstruación dolorosa hay una patología que, como tal, puede ser tratada. (Más difícil va a resultar conseguir que alguna religión -ah, las religiones y sus patológicas obsesiones-, dejen de consid...

DE PEGASOS Y OKUPAS

DE PEGASOS Y OKUPAS Agapito Gómez Villa Franco es el culpable, sí. Me estoy refiriendo, cómo no, a la canción del momento, a saber: el espionaje del móvil de Pedro Sánchez, quiero decir del teléfono móvil: en la acepción de móvil como motivación/intención, de antiguo se sabe que nuestro hombre no tiene otro que mantenerse en el poder, aunque para ello tenga que vender España en pedazos. ¿Que qué tiene que ver Franco con lo de Sánchez? Está clarísimo. ¿Cómo se llama el programa informático utilizado para ‘infectar’ (ahora se dice así) los móviles? Se llama Pegasus, nombre tomado del bello caballo alado de la mitología griega que cabalgase Zeus. Y díganme: ¿cómo se llamaban los famosos camiones y autobuses fabricados en España durante el franquismo? ¡Pegaso!, cuyo logotipo era el albo caballo volandero. Sí, ya sé que tan sofisticado programa de espionaje, el Pegasus, es de autoría israelí, pero ¿ustedes creen que eso les sirve a la gente de Pedro? Calla mu...

POPULISTAS Y PRINGAOS

Tengo yo un amigo que, cabreado como un mono con su partido de cabecera, el partido socialista, en unas elecciones generales, no se anduvo con chiquitas: votó a Podemos. O sea, que mi amigo se transformó, de la noche a la mañana, en un populista de izquierdas. El caso es que yo lo seguí viendo como siempre: como una persona normal. Tengo yo otro amigo que, indignado con su partido de nacimiento, el de la derecha de toda la vida, ni corto ni perezoso, decidió votar a Vox, con lo cual, en un abrir y cerrar de ojos, mi amigo se transformó en un populista de derechas. El caso es que yo lo seguí viendo como siempre: como una persona normal; eso sí, más del Real Madrid que don Santiago Bernabéu. Sucede que los que estudiamos algo de latín, sabemos que populismo viene de populus-i, que significa pueblo. Y yo me pregunto: ¿es que, acaso, no forman parte del pueblo los votantes del resto de los partidos? Conclusión: “stricto sensu” (haber ‘estudiao’), tan populistas son los unos como...