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Mostrando entradas de abril, 2023

El RABO

EL RABO Agapito Gómez Villa Cincuenta y dos años después, venturosamente, Morante cortó un rabo en La Maestranza. Y digo venturosamente, no por lo que tiene de triunfo, sino porque sería insoportable que el hecho aconteciese con más frecuencia. Vamos a ello. “Las orejas tendrían que cortárselas al tío que se le ocurrió usar las del toro como trofeo”, venía yo diciendo tiempo ha (del rabo ni hablaba). Y mira tú por dónde, un buen día, en el magnífico libro de Antonio Burgos, “Curro Romero: la esencia”, me encuentro con que al genio no le gustaba nada que un animal tan bello fuese arrastrado hasta el desolladero sin las orejas. No digamos sin el rabo. O sin una pata, la que le dieran aquella vez en Jaén. Qué bonito, ¿verdad? He ahí la razón por la que Curro se deshacía inmediatamente de las orejas que le daban, pocas, afortunadamente: por eso y por las garrapatas. Que lo sepan los taxidermistas/comentaristas de la cosa: se puede ser un artista excepci...

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Agapito Gómez Villa No me pidan ustedes una definición precisa sobre la Inteligencia Artificial (IA), pero tal vez nos sirva para entendernos lo que viene a continuación: “Somos la última generación del homo sapiens más inteligente que sus propias máquinas”. El profesor Campillo -hay que leer “El universo en un bit”-, va más allá: somos los últimos representantes del homo sapiens sobre la faz de la Tierra. A partir de nosotros, el mundo será otra cosa. Como no podía ser de otra manera, hoy los avances acontecen en progresión geométrica, progresión que devendrá exponencial el día que adquiera todo su esplendor la computación cuántica: la mayor revolución de la historia de la humanidad, según los ‘expertos como Dios manda’ (es que los medios le llaman experto a cualquier mindundi). Para los no iniciados, les diré que los grandes centros de investigación mundiales, entre los que se encuentran, además de la NASA, casi todos los emporios eco...

DOS VECES MÉDICO

El otro día se celebró, con menos gloria que pena, el “Día de la Atención Primaria”. Mismamente, tal que anda la especialidad por estos días, que, por unas causas u otras, no acaba de levantar cabeza. Incluyo, claro es, a los médicos de cabecera de los niños: la pediatría ambulatoria. Dicen los que saben del asunto que, después de la pandemia, ninguna de las dos disciplinas ha vuelto a recuperar el resuello, lo cual me parece una verdadera lástima, pues que se trata de dos formas de asistencia de las más trascendentales que existen: desde todos los puntos de vista. Un médico de cabecera bien formado (hoy lo están todos, gracias al sistema MIR) es un tesoro impagable. A ver quién es el guapo que se atreve a demostrarme lo contrario. Y hablando de tesoros impagables. Cuando yo sea ministro de la cosa, a poco tardar (si Irene, que fuera cajera antes que ‘fraila’, lo es; por qué no voy a serlo yo, dependiente que fui de un comercio), les decía que cuando yo mande, potenciaré la Aten...

LA SAETA

Lo último. Lo último que recibí la noche del jueves fueron las bellas imágenes de una procesión en la imponente plaza mayor de Trujillo, luna llena y equinoccial presente, desde el Concilio de Nicea, año 235. ¿Qué música sonaba de fondo? La Saeta. (A propósito: me cuenta su consuegro extremeño, mi dilecto amigo, que cuando Alan García, presidente que fuera del Perú, visitase la majestuosa plaza trujillana, se hincó de rodillas llorando). Lo primero. Lo primero que recibo la mañana del viernes fue una filmación en la que participan tres genios: Machado, Serrat y Rocío, interpretando, a su prodigioso modo, la Saeta. Tiempo ha escribí en estas páginas que John Lennon no es un genio, que también, porque firmase junto a McCartney un centón de canciones que forman parte del acervo mundial. Lennon es un genio, sobretodo, porque fue capaz de meter en una canción la cultura de media humanidad: Merry Christmas, el más bello villancico jamás compuesto. Serrat y la Saeta, mismamente. Se...

EL NACIMIENTO DE ANITA

No hay país del mundo que se vea libre de algún grave problema (en todas las casas hay algo, decía mi madre), ya sean los EEUU de América con la imputación de Donald Trump, y sus impensables secuelas sociales, ya sea la France con su salvajismo incendiario, por un quítame allá esos años para la jubilación, siguiendo por la Gran Bretaña y los problemas derivados del Brexit, y por ahí seguido. (Lo de Ucrania, esa trágica vergüenza putiniana, inimaginable en el siglo XXI, merece tratamiento aparte.) De los países iberoamericanos, ni hablo. ¿Y qué me dice usted de España? Ahí quería yo llegar. A España parece que la ha mirado un tuerto. No bien apagados los rescoldos del Tito Berni y sus pecadores epígonos, cuando más tranquilos estábamos, es un decir (en España no hay un día de tregua en tranquilidad), surge otro grave contencioso nacional, perdón, estatal. Me estoy refiriendo, claro es, al gravísimo asunto que ocupa las cabeceras de todos los medios de comunicación y las conversac...