LA ORQUESTA DE DAVID Agapito Gómez Villa Ayer me llevé un gran disgusto. Voy a ello. Rodríguez Ibarra, personaje controvertido donde los haya, pasará a la historia no por haber sido el ‘lendakari’ extremeño durante medio siglo (gracias, muchas gracias, por la autovía Cáceres-Badajoz), ni por ser una de las luminarias del Consejo de Estado, esa sala de máquinas bien ‘pagá¡, 100.000 al año por barba, de donde bebe a diario todo presidente del Gobierno, sino por haber sido el artífice (responsable dicen los analfabetos) de tres auténticos monumentos, a saber: el Centro de Cirugía de Mínima Invasión (un milagro en el secarral), el museo Helga de Alvear (nadie lo quiso antes) y la Orquesta de Extremadura. ¿Que de dónde viene el disgusto? Marchando la explicación. Ayer me enteré de que la Orquesta extremeña se ha quedado sin director. El disgusto ha sido tan grande como la alegría que me llevé cuando en su día supe, asombrado, que el director era Andrés Salado, un...
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