Ir al contenido principal

MAESTRO, QUÉ ES UN RÍO

     MAESTRO, QUÉ ES UN RÍO

          Agapito Gómez Villa


   "Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar". ¿Maestro, qué es un río? Eso lo preguntará un niño canario, dentro de no mucho. Si es que, con el tiempo, en las escuelas insulares no se prohíbe la lectura de la portentosa elegía de Jorge Manrique a su padre muerto, una de las tres cumbres, según Alberti, casi nadie al aparato, de la literatura en español en ese género, junto a la de Miguel Hernández a Ramón Sijé y la de Lorca al torero-poeta Sánchez Mejías. (Manrique, Alberti, Hernández, Lorca: he ahí cuatro poderosas y suficientes razones para sentirse contento de ser español.) Aterrizando, que es gerundio.
  "Si es que no se prohíbe...", he dicho, y he dicho bien, pues que hasta ahí podría conducirnos la demencia autonomista, sí. Resulta que acabamos de enterarnos de que las CCAA presionan a los encargados de hacer los libros de textos, y los canarios han pedido que, en los destinados al archipiélago, no se hable de los ríos, ¡ahí está!, de los grandes ríos peninsulares: "lugares de asentamiento y civilización y grandes vías de comunicación". Ergo, como ellos no tienen, a hacer puñetas los elegíacos ríos/versos de Manrique. ¡Se podrán quejar de su geografía los canarios, cuyas islas son, una a una y entre todas, un reducto del paraíso! Lo de los catalanes es hasta cierto punto más lógico, en su delirante deriva nacionalista, claro (pronto Newton será catalán, y Jesucristo habrá nacido en Casteldefels, al tiempo): no quieren ni oír hablar de los Reyes Católicos, que nada me extrañaría que, por afinidad fonética, le cambiasen el nombre a los "rayos catódicos", ¿que no? Lo de Castilla-La Mancha no sé en qué página del libro de psicopatología incluirlo: las cajas de cambio de los coches hay que adaptarlas a la realidad autonómica. Y, por fin, lo de Andalucía, que quiero pensar que entra dentro de la visión estética del andaluz: quieren que los muchachos aprendan geometría mediante los azulejos de la Alhambra; ah, y que sea incluido el tambor rociero entre los instrumentos musicales. ¡Concedido! Nosotros, gracias a que ahora nos gobierna "el hombre sensato", nos hemos librado de la quema; si no, es muy probable que hubiese entrado en danza, en la abyecta y asquerosa danza política, la "fabla", esa preciosa reliquia del devenir lingüístico de tan bello enclave extremeño (oiga, que yo no tengo nada que ver con el señor Vara, que una vez que intenté saludarlo, ni me anduvo mirando a la cara). Se me olvidada: en su día, los valencianos se indignaron con Lázaro Carreter, un sabio, porque en un texto calificó al valenciano como lo que siempre fue: un dialecto del catalán.
   Lo decía anteayer mismo un socialista de los buenos, que todavía quedan, Redondo Terreros (cito de memoria): "El actual sistema propicia que siempre acaben primando los intereses autonómicos sobre los nacionales". Indignante, repugnante, repudiante, pero cierto. O sea, que no debo de estar muy equivocado cuando digo lo que digo de las Autonomías: que son la fuente de las tres (o cuatro) 'd': división/disgregación, despilfarro y dislates al por mayor (¡las cajas de cambio autonómicas!). En fin, que si quieren más, ahí tienen ustedes al tal Torra, amenazando al Estado con la independencia.
  Feliz Día de Extremadura. ¡Viva España!

   
 

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

EL SEXO CUÁNTICO

Eso es precisamente lo que están investigando y difundiendo las muchachas de Igualdad, el ministerio de doña Irene Trans, perdón, Montero, las jóvenes científicas que trabajan en el LISMI (Laboratorio de Investigaciones Sexológicas del Ministerio de Igualdad), al frente del cual se encuentra una señora que se hace llamar Pam. El sexo cuántico, o sea (no confundir con el sexo tántrico, el de Sánchez Dragó). Que qué rayos es el sexo cuántico. Muy sencillo: el sexo llevado a sus últimas minuciosidades, un suponer, el sexo durante los días ‘enrojecidos’, así como la exploración de otros ‘agujeros negros’ de la galaxia femenina, etc. Que por qué el nombre de cuántico. Porque es lo más parecido a la llamada mecánica cuántica. O sea, el sexo de lo minutísimo. Me explico. Así como existe una parte de la física que se ocupa del macrocosmos, al que dedicó sus poderosas neuronas “el más grande”, Albert Einstein (“la más grande” es Rocío Jurado), con su asombrosa teoría de la relatividad, e...

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO Agapito Gómez Villa Sucedió hace tres quinquenios en la llamada Cámara Alta, ese ente inservible que nos cuesta 5.000 millones al año (ni con mayoría absoluta de la oposición sirve para mojarle la oreja a Sánchez), cuando José Montilla, andaluz de Iznájar, Cordoba, presidente a la sazón de la Generalidad de Cataluña, perdón, Catalunya, se dirigió a la concurrencia en un ‘perfecto’ catalán (malas lenguas dicen que cuando tiene que escribir algo en público, le pasan antes una chuleta). Entre los senadores, Manuel Chaves, andaluz de Sevilla nacido en Ceuta, escuchaba atento, pinganillo mediante, a su paisano José. Aquel día me dije: están locos. Amable lector: “Demuéstrame que no tengo razón”, que decía el joven americano recién asesinado. Que un sevillano se viera obligado a usar un auricular para entender a un cordobés (16 años tenía cuando su familia emigró a Cataluña), es muy fuerte. Ni que decir tiene que ...