El viaje al Perú (país de tantos atractivos no he visto en mi vida) me ha dejado marcado para los restos: me sale por todas partes. ¿Tendrá algo que ver el ser extremeño? Quién sabe. En la China acaba de estrenarse el AVE más largo del mundo, el cual recorrerá 2.300 km en algo menos de ochos horas. De inmediato, me viene a la cabeza la historia que podrá leerse a continuación. Poco después de la amanecida, un furgón nos conduce por las estrechas calles del Cuzco, hasta la estación del tren que nos llevará al poblado de Aguas Calientes, en las hondonadas del Machu Picchu. El viaje durará tres horas, se nos dice por la megafonía. “La distancia a recorrer es de 90 km”. ¡Noventa km en tres horas! Sí, señor. ¿Y qué prisa tenemos? Ninguna. A uno siempre le ha encantado viajar en tren (incluso en autobús): para poder ir contemplando la película que proyectan por las ventanas, o sea, el paisaje y el paisanaje. Pero lo de este viaje es...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa