Lástima que no existiesen las bajas
laborales por enfermedad en tiempos de Jesucristo. La cantidad de fraudes que
nos hubiéramos ahorrado. Es tan grave el asunto, que estoy absolutamente seguro
de que Jesús habría dicho: “Hay de aquel que abusare de la baja por enfermedad.
Más le valiera no haber nacido”. No es para menos. Se trata de un atentado moral
tan atroz, que bien hubiera merecido tan medrosa admonición. Y tan brutal
castigo: las llamas eternas. O la expulsión del paraíso: ¿fue acaso más grave
lo de Eva y la manzana que abusar de la baja por enfermedad, y para más inri,
en un país con cinco millones de parados? Vamos anda.
Por qué digo todo esto. Me explico. En la
larga y tormentosa y luminosa historia de la humanidad, posiblemente no exista
conquista social más impresionante que el que te lleven el jornal a casa,
mientras estás enfermo. Lo que yo te diga a ti. Mucho más que la jornada de
ocho horas, mucho más que las vacaciones pagadas, dónde va a parar. Al lado de
lo otro, estas últimas son minucias. Su valor es tan inmenso que bien podría
ser comparable a la perla de la corona de la evolución: el sistema sanitario
universal y gratuito (lo de gratuito es un decir: lo pagamos entre casi todos).
Pues bien, a pesar de lo dicho, el abuso de baja laboral, ya digo, ha llegado a
adquirir unas dimensiones tan insoportables que, anteayer mismo, el gobierno se
ha visto obligado, ‘al fin’, a poner coto a tanto desmán: las mutuas
intervendrán en el asunto y todo eso.
Por qué digo ‘al fin’. Ustedes perdonen, pero
aquí viene lo mío. Estas páginas son testigo de las muchas veces que, ya desde
el pasado siglo, sí, vengo hablando de la perentoria necesidad de intervenir en
los innúmeros fraudes que se venían cometiendo; que los médicos de cabecera
necesitábamos un ‘ayuda’ externa para luchar contra ello; además, claro, de la necesaria
reforma de la obsoleta cosa burocrática: ¿no era acaso una locura que un paciente
con el fémur roto, es un ejemplo, tuviera que acudir todas las semanas a la
consulta a por el parte de confirmación durante más de un año?
¿Que por qué los gobiernos no tomaron
cartas en el asunto con anterioridad? Por lo mismo que tardaron un siglo en establecer
el copago en los medicamentos: porque los políticos, aunque a ustedes les
parezcan personas normales, no lo son en absoluto: son unas pobres criaturas,
ahítas de poder (personalidades patológicas: búsquenlo en Google), que se vuelven
locos por un puñado de votos, en pos de lo cual son capaces de consentir que
los problemas se acerquen al precipicio, momento en que no les queda más
remedio que agarrar el toro por los cuernos, so pena de ruina total: sin el
copago, un suponer, el sistema sanitario, esa joya, habría colapsado.
Total, que más vale tarde que nunca. Cuando
las pasadas elecciones generales, prometí públicamente votar al PSOE, en
agradecimiento a la ley que nos convertía a los españoles en ciudadanos un
poquito más civilizados: la prohibición de fumar en lugares públicos. Juro ante
la Biblia votar en las próximas al PP: en agradecimiento al copago farmacéutico
y a lo de acabar con los abusos en las bajas por enfermedad.