No se pueden imaginar ustedes el disgusto que tenemos los médicos con la dimisión de la ministra de sanidad, la doctora Mato, perdón, la señora Mato. No es para menos: el ministro/a de la cosa es nuestro faro, nuestra luz, nuestra guía, nuestro todo. Fíjense si es determinante su misión/dimisión, que cada comunidad autónoma tiene su calendario de vacunaciones. Compréndanlo: un niño de Navarra no se acatarra igual que un niño de Extremadura. Y no digamos los niños de Cataluña y el País Vasco con el “hecho diferencial” de partida. Treinta y tantos años de régimen autonómico acaban produciendo todo tipo de diferencias, incluso biológicas. A las vacunas me remito. Pero yo no quería hablarles de vacunas. Ni tan siquiera de la causa de la destitución de la ministra: el lucro ‘gurteliano’ inconsciente o como se diga eso, de lo cual estoy tan seguro como Agapito que me llamo: no es que doña Ana no viera en el garaje el Jaguar que los Gürtel le regalaron a su mar...
Artículos de opinión publicados por Agapito Gómez Villa