Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

El Quijote de Trapiello

     Sí, ya sé que hoy sábado, cuando escribo, se juega la final de la Copa de Europa ¡entre dos equipos de Madrid!; que van a ser procesados por los ERE, putrefactos ya, Chaves, Griñán y Magdalena Álvarez, aquella ministra que, en un alarde de 'florentinismo' (de Florencia, no del presidente del Madrid), dijo con su proverbial fineza que a Esperanza Aguirre había que colgarla de la catenaria del AVE; que Barcelona está ardiendo, como en una repetición de lo que José Luis Sert, el gran arquitecto, decano que fuera de la universidad de Harvard, nada menos, le contase a Manuel Vicent: "siendo yo niño, desde la terraza de mi casa vi cómo Barcelona ardía por los cuatro costados", primeros años del siglo pasado. Sé todo eso y algunas cosas más, pero para dichos asuntos ya hay miles de comentaristas, los profesionales, con los cuales, los aficionados no estamos en condiciones de competir; así que, dicho lo cual, a otra cosa, mariposa.    A mí me extrañaba ...

Banderas y estrellas

     Anteayer, un juez juicioso arregló, providencialmente, el entuerto creado por el gobierno, o la federación del fútbol, o la UEFA (UEFA a secas para comentaristas deportivos), o los tres, tanto da, al prohibir, en la final de la copa del Rey, las gloriosas banderas independentistas catalanas, ayer estrelladas (de estrellar: “fracasar en una pretensión por tropezar contra un obstáculo insuperable”, 5ª acepción del DRAE), hoy felizmente estrelladas/esteladas (“sembrar o llenar de estrellas”, 3ª acepción). Lo cual que, esta noche, el estadio Vicente Calderón estará constelado de estrellas, así en el cielo como en las gradas, las azulgranas, claro. Amables lectores: ¿Hay por ventura algo más bellamente poético que las estrellas? No ha nacido poeta que no las haya usado para abrillantar sus versos, con rima o sin ella. Hasta el mismísimo Cid Campeador, sin ser poeta, tiró de ellas para arengar a los suyos: “¡Adelante, amigos míos, al destierro: descansaremos esta noch...

Escándalo eurovisivo

    La que se ha montado en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Inglaterra para los amigos. Humo están echando las más altas instituciones, todavía. No es para menos. Me refiero a la polvareda provocada por los jóvenes Joe & Jake, con su actuación en Eurovisión, que no por anunciada ha sido menos escandalosa. Antes de nada, he de decirles que dicho evento tiene resonancias épico-nostálgicas para los de mi generación: los jóvenes no se imaginan lo que supuso para nosotros, últimos años de la preterida dictadura, el triunfo de Massiel, requerida que fuera con premura, ante la pretensión de Serrat de cantar en catalán, a quién se le ocurre. Esa es una de las razones por las que, de siempre, uno sigue las peripecias de dicho certamen desde los albores de cada edición. Y por eso, lo que para muchos españoles fue anoche una gran sorpresa, para mí no lo fue: lo supe días atrás. Síganme.       Resulta que, hace unas fechas, buceando...

Corta y sin carteles

    No tienen perdón de Dios. A los políticos me refiero. En su voracidad ‘recortatoria’ (de recortar), no sólo pretenden chapodar la campaña electoral (¡dicen que ya tenemos bastante con la televisión!), sino lo que es más grave aún: quieren suprimir la cartelería de farolas y tapias sin dueño. No estoy de acuerdo: los carteles son imprescindibles, y no sólo por el festivo ambiente que daban a nuestras calles, de los guapos y bien peinados que salían los candidatos. Ustedes me dirán cómo conozco yo ahora a las personas a las que voy a entregar mi alma durante cuatro años (o cuatro meses). ¿Sólo por el nombre? A mí, el nombre solo me dice muy poco, que uno no anda a todas horas pendiente de la cosa, faltaría más. Hombre -dirá alguno-, todo el mundo conoce a los cuatro jinetes del apocalipsis, perdón, reyes de la baraja: Pablo, Albert y los otros dos. Sí, claro, pero a esos señores no los puedo votar. Yo tengo que votar a los de mi circunscripción, palabra muy difícil ...

Agua contaminada

   Varios miles de personas afectadas por un brote de gastroenteritis en Cataluña. Causa: ¡contaminación fecal humana! ¡Toma del frasco! (de suero, en este caso). Comoquiera que, por fortuna, “no hubo que lamentar desgracias personales”, expresión que ya es un lugar común, me ‘alegro’ de la noticia: en adelante, tendré una coartada para que no me esquilmen en los restaurantes.      Tiempo ha, hospedados que estábamos a pensión completa en cierto hotel   de la costa, resulta que el agua había que pagarla aparte: ¡mil pesetas diarias! (éramos seis) Calla, hombre, calla. Me fui a por el director y le canté las veinte en bastos: “No estoy dispuesto a pagarle el agua. Quiero agua del grifo”. Dicho y hecho. Dieron su brazo a torcer, pero sólo un poquito. El camarero se presentaba cada dos por tres con una bandeja repleta de copas ‘planas’ de champán (lo juro), previamente colmadas en las cocinas. Todo con tal de que no se viera una jarra en el refectorio, ...