Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2017

EL PEZ FUERA DEL AGUA

         El presidente del Perú, don Pedro Pablo (no me atrevo con el apellido), acaba de indultar por razones humanitarias (cáncer de lengua), o sea, por razones políticas, a uno de los tíos más perversos del mundo: Alberto Fujimori. ¿Más perverso que el Charles Manson ése que murió hace unos días en prisión? Mucho más. Desde entonces, miles de personas salen a las calles, protestando la decisión. Nada más enterarme, se me vino a las mientes el Artículo 60 de mis tiempos mozos, años 80, siglo pasado, claro, cuando uno fuera médico de la Institución Penitenciaria (Prisión de Jóvenes). Dicho artículo, aunque con otra numeración, 196.2, continúa vivo, y trata de la libertad para enfermos graves e incurables.    Lo conté en su tiempo: me cabe la satisfacción de haber puesto en la calle (con el permiso del juez de Vigilancia Penitenciaria, claro) a un buen puñado de jóvenes con “enfermedad grave e incurable”. En efecto, en cuanto uno de ellos, portado...

LA CUENTITA

  Tengo el paladar detenido en Atapuerca: como mayormente por/para alimentarme. En eso me parezco al nuevo Pablo de Tarso: quién va a ser, Alfonso Guerra, que hace cuatro días acaba de caerse del burro catalán. Pero se conoce que del golpe le tiene que haber quedado una amnesia retrógrada: no se acuerda de que la Cataluña actual es la niña que fuera malcriada por Adolfo, Felipe, José Mari, José Luis y… Mariano. Sí, Mariano: recuerden los vagones atestados de millones camino de Barcelona, para calmar los ánimos independentistas: que Santa Lucía le conserve la visión. “El acto de comer me aburre”, le dijo Alfonso al buen periodista, Víctor Márquez Reviriego, tiempos en los que se alimentaba de chocolatinas. En eso, ya digo, soy como él, pero sin chocolatinas. Vamos, que me da lo mismo troncho que berza. ¿Que no? Una noche, invitado que fuera junto a muchos médicos a la presentación de un medicamento, dependencias de un prestigiosísimo restaurante, finalizado el evento, resigné la ce...

EL MESÍAS PARTICIPATIVO

   El acontecimiento fue ‘antier’ noche (un respeto: ‘antier’ lo usa Antonio Burgos), en Cáceres, palacio de congresos. ¿Como cuántas veces creen ustedes que he escuchado “El Mesías”? En efecto, incontables. O sea, que dicha obra ocupa un sitio preeminente en mi memoria: en el ‘conectoma’, que es por donde van las investigaciones ahora. Cuando eso sucede, cuando ya se tiene una música grabada en la cabeza, al escuchar una nueva interpretación de la misma, de forma instantánea se produce la comparación. Siempre. En usted, en mí, en todos: nada más entrar en mi consulta un joven músico, sonando que estaba el “Impromptus” de Schubert, esa cumbre de la sensibilidad humana,  me preguntó: ¿el pianista no será Wilhelm Kempff? No tengo el gusto. Buscamos en la funda del disco, vinilo, y allí estaba, desde hacía veintitantos años, Wilhelm Kempff, célebre pianista y compositor alemán que fuera. La memoria y sus comparaciones, ya digo.    Pues bien, llegados a este mome...

REFLEXIONES DESDE EL TUBO

      REFLEXIONES EN EL TUBO                                                    Agapito Gómez Villa     Quítese la ropa y póngase ese batín y esas calzas. Ya estoy, señorita. Momentos después me encontraba encerrado en el tubo de la RMN: Resonancia Magnética Nuclear. Estos tapones son para el ruido de la máquina. La prueba dura una hora. ¡Una hora metido aquí, sin poder ni siquiera rascarme!, me digo. Ya está: aprovecharé para escribir el artículo del domingo (el artículo hay que tenerlo antes en la cabeza).    De modo que esto consiste en hacer ‘bailar’ de otra manera los protones que andan sueltos en el interior de mis células, que al ser sometidos a un campo magnético, propician la obtención de imágenes muy precisas de los tejidos. Bendito sea por siempre el señor que inventó este aparato. Quién me iba a decir a...

¡ESPAÑA HA VUELTO!

   Permítanme que, tal que dijera Brice Echenique, antes de empezar a hablar, les dirija unas palabras. Hubo una época en que mi vida estuvo presidida por la santísima trinidad laica, tres de los hombres más odiados, vilipendiados, zaheridos, por buena parte del personal: uno por lo militar, los otros por lo civil. Pero no andaba yo muy equivocado. Al primero, le dieron el Cervantes y el Príncipe de Asturias; al segundo, una señora le gritó ¡eres dios!, desde la “summa cavea”, memorable y reciente noche del teatro romano de Mérida (¡el Princesa de Asturias, ya!); y el tercero,…            Si les digo que, a tenor del asunto catalán, crónica de una agonía largamente anunciada, llevaba semanas esperando el momento de hincarle el diente a este artículo, no se lo van a creer. Pero mira tú por dónde, cuando más ‘desajeno’ estaba, llega el ‘tercero’, quién va a ser, Alfonso Guerra -ah, tiempos en los que, por provocar un poco, me pros...