Imposible no, pero sí difícil abstraerse de
escribir sobre la inmensa/intensa convulsión sociosanitaria que nos está
azotando/asolando, en donde la información gubernamental sobre los infectados y
muertos diarios parece un parte guerra, que hasta se manipulan subrepticiamente
los datos, para no darle tres cuartos al enemigo: a la bancada de enfrente, en
particular, y a la opinión pública en general. A propósito: ¿ustedes han visto
alguna vez andar a un pollo sin cabeza? Yo sí. Pues así mismamente anda estos
días el gobierno.
En fin, convencido de que los anglohablantes llamarían
‘crownvirus’ al maldito germen (para no iniciados: crown es corona en inglés),
cuál no sería mi sorpresa cuando, en un vídeo que circula por ahí, me encuentro
al ministro israelí de defensa (israelita son los de la Biblia), dando consejos
sobre la pandemia. Pendiente que estaba de los subtítulos, de su alocución en
inglés identifico, con sorpresa, una palabra: coronavirus. ¿Será verdad lo que
estoy oyendo? Y tanto. Y a continuación: ¿No pretenderán endosarnos a los
españoles esta nueva plaga, como hicieran con la de 1918? En aquella ocasión, y
desde entonces, sin comerlo ni beberlo, tan mortífera pandemia sería conocida
como la “gripe española”. Fue el precio a pagar por ser la prensa de nuestro
país, neutral en el conflicto, la única que informó de aquella gripe, cuyo
patógeno llegó de fuera: ¿EEUU, China? Ambos bandos de la Europa en guerra
silenciaron la cosa para no hablar de los millares de bajas que la enfermedad
producía entre los soldados (murieron cincuenta millones de personas, en todo
el mundo, tirando por lo bajo)
En fin, que con las mismas, me voy a un
tratado de medicina en inglés, el prestigioso ‘Harrison’, y zas: “Coronavirus
infections”. Aparece, sí, la palabra crown, pero para describir el aspecto del
virus: crowlike, o sea, que parece que tiene una corona. No contento con lo
cual, a falta de un texto en francés, me voy a Le Monde, periódico francés como
saben, esperando encontrarme el ‘couronne-virus’. Pues nada, coronavirus que te
crió. A continuación, escribo en Google, Franfurter Allgemeine, que sólo por lo
pedregoso del nombre, se sabe que es alemán: ‘corona-krise’ es lo primero que veo.
Cuando busco en La Stampa, periódico de Milán (uno de los focos de la epidemia,
por cierto), ya sabía lo que iba a encontrar. Y, en fin, tres cuartos de lo
mismo en los diarios de nuestros vecinos-hermanos portugueses (algún día
sabremos por qué tantísima diferencia de contagios y muertos, a su favor, claro).
O sea, que el mundo entero dice coronavirus,
y no porque España e Italia estén en la champion’s de los muertos, ay. La
explicación es muy otra: la clasificación taxonómica de los virus, en la que se
puede leer que el coronavirus pertenece a la familia de los coronaviridae,
vocablo latino a todas luces. El latín, de lengua muerta, nada de nada:
¡coronavirus!