Ir al contenido principal

EL FARAÓN CUMPLE 88

- Chiquillo, que se va a hundir esto… Se lo decía Curro Romero a Orson Welles, sentados ambos en la cama del hotel: “Y la cama, chan, se hundía toda, que no podía con el peso de aquel hombre”. Dijo Jenófanes, uno de los siete sabios de Grecia (el octavo sabía casi tanto como el séptimo, según el gran Manuel Alcántara), que para descubrir a un genio, hay que ser un genio. Ejemplo, “sensu contrario”: Platero, un encanto de burrito, nunca se enteró de que a su amo le habían dado el Nobel de Literatura. Pues eso, que procedente de una tierra tan taurina como Wisconsin, llega un genio portentoso (cerca de mil veces le llaman genio en un documental) y queda prendado de la portentosa sublimidad estética de un joven torero sevillano. ¿Qué podría saber de tauromaquia don Orson, por mucha amistad que tuviera con Ordóñez y con Dominguín? Las montañas se comunican por las cumbres, dijo Heidegger. ¡Eso es! Es que Curro no toreaba, pintaba carteles taurinos, despacito, muy despacito. Es que Curro no toreaba, esculpía. Lo cual que el otro día, releyendo el libro de Antonio Burgos sobre Curro, “La esencia”, me dije: ya lo tengo. Aprovechando su octogésimo octavo cumpleaños (88, vamos), el 1º de los corrientes, el próximo artículo será para “El Faraón de Camas”, y así mato dos pájaros de un tiro: le felicito los años y ya de camino me adelanto a los encendidos obituarios que se escribirán sobre él, espero que dentro de muchos años. Pocas veces se ha encontrado uno a un hombre, mito viviente, tan sencillo, tan humilde, tan falto de malicia, tan huérfano de rencores (la noche que lo encerraron vestido de luces en el calabozo de Badajoz por negarse a matar un toro, Antoñete también dijo que aquel bicho había sido toreado con anterioridad). Y de tantísimo talento, en fin. ¿Saben ustedes lo que es un “cuerpo de doctrina”? Pues eso es lo que tiene en la cabeza Curro Romero: un “cuerpo de doctrina” personal, sin fisura alguna. Oiga, que Curro es famoso por su toreo lentísimo, purísimo, bellísimo, no por las cosas que diga o deje de decir. De acuerdo, pero es que en el libro no sale toreando: en el libro se dedica a contarle cosas al periodista-escritor, cosas que luego le sirven a uno para explicarse cómo un hombre puede componer con la ayuda de una tela los más asombrosos momentos estéticos, ante la furia telúrica de un animal de quinientos kilos con unos cuernos así de grandes, que se viene hacia él con la ‘sana’ intención de destrozarlo (el toro no sabe lo que es matar). Dicho de otra manera: se puede ser un buen lidiador sin ser una persona de mucho talento, pero no se puede torear como Curro si detrás no hay algo especial: lo que yo he averiguado en el libro. Felicidades con toda mi admiración, maestro. Sobre todo, por ser tan sencillo, siendo tan grande.

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

Dos soles y cuatro lunas

  Pasado mañana, a las doce en punto de la noche, despediremos un año, y un instante después, estrenaremos uno nuevo. Y la Tierra, que es la madre del cordero, sin enterarse de la misa la media. ¿Por qué digo esto? Hombre, está muy claro. ¿Qué es un año? Un año, lo saben muy bien los niños, es el tiempo que pasa entre los regalos de un cumple y los del cumple siguiente. Aniversarios infantiles aparte, un año, como es sabido, es una medida astronómica: el tiempo que la Tierra tarda en completar una vuelta alrededor del Sol, a la módica velocidad de 108.000 km por hora, con lo que dónde coños estaremos cuando acabe de escribir esta columna. (Si a eso le añadimos que el Sol se está moviendo a una velocidad infernal, en derredor del centro de la galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia se aleja como un rayo de las galaxias vecinas, ya tenemos el lío montado. Ah, se me olvidaba decir que la Tierra también gira sobre sí misma. Con todo ese jaleo de movimientos, no me extraña nad...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...