Ir al contenido principal

FRUTO DE ‘DAVID’ Y DEL TRABAJO DEL HOMBRE

Antes de nada, quiero mostrar mi pesar por la renuncia de David la Peña (Azagra en árabe) al padrinazgo de la Diputación de Badajoz: ‘hijo adoptivo’ no se nombra a cualquiera, ni siquiera a mí, que fui el primero en proponer la recuperación de ambas orillas del río (consúltese hemeroteca), magnífica realización que ha convertido a la ciudad en una orbe moderna. Al mismo tiempo, quiero dar las gracias al hermanísimo por haber convertido a Badajoz en la Salzburgo del sur, ya lo verán este verano. Gracias, David, por tan impagable labor. A lo que vamos. Más de uno sabrá que las universidades españolas se han enfrentado frontalmente con la Rae (Academia de Lengua) a causa del uso inclusivo/no inclusivo del lenguaje. Han publicado un documento en el que proponen entre otras muchas cosas acabar con “el término hombre como genérico”. Ya saben por dónde van, ¿verdad? “El termino hombre como genérico no incluye a las mujeres”, afirman. Por lo cual, aconsejan “utilizar humanidad, ser humano o persona”. “Utilizar frases como ‘La historia del hombre’o ‘El hombre en la arquitectura’, en lugar de ser humano, invisibiliza a las mujeres, transmitiendo la idea de que no han sido agentes de la historia, ni sujetos de derecho”. Tres cuartos de lo mismo dicen del vocablo ciudadano, que no incluye a las ciudadanas, por lo que aconseja utilizar ciudadanía. Y así, con los profesores, que deben ser aludidos como el profesorado (o personal docente), o el alumnado, en lugar de los alumnos. No puedo estar más de acuerdo con el escrito en cuestión, aunque antes de pasar el punto siguiente quisiera hacer una observación a los autores: de toda la puñetera vida se ha dicho “buenos días”, “buenas tardes” y “buenas noches”, a secas. Pues bien, cada vez que escucho a alguien decir “buenas noches a todos y todas”, me dan ganas de retorcerle el pescuezo. Y eso no está bien (lo del pescuezo). Así que ya saben para la próxima vez. Estoy, efectivamente, de acuerdo en que la palabra hombre como genérico no incluye a la mujer. Ahí os quería yo ver, caporales, que parece mentira que seáis lo que sois: cada vez que se habla, o sea, a todas horas, de la contaminación de la atmósfera, de la tierra y de los mares, siempre se alude a “la mano del hombre”, sin más. ¿Es que, acaso, las mujeres no contaminan? Venga ya, hombre, perdón, seres humanos. Y no digamos cuando se trata del calentamiento global, que, queramos o no, se está produciendo (que se lo pregunten a los glaciares), sea o no producto de “la mano del hombre!”, o de la mayor o menor inclinación del eje de la tierra, que ésa es otra. Y ya para acabar, observo que el documento lingüístico no se ha atrevido con las cosas de la iglesia: “Fruto de la vid y del trabajo del hombre”, se dice en todas las misas. ¿Y las cientos de mujeres que van a la vendimia, qué?

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

Dos soles y cuatro lunas

  Pasado mañana, a las doce en punto de la noche, despediremos un año, y un instante después, estrenaremos uno nuevo. Y la Tierra, que es la madre del cordero, sin enterarse de la misa la media. ¿Por qué digo esto? Hombre, está muy claro. ¿Qué es un año? Un año, lo saben muy bien los niños, es el tiempo que pasa entre los regalos de un cumple y los del cumple siguiente. Aniversarios infantiles aparte, un año, como es sabido, es una medida astronómica: el tiempo que la Tierra tarda en completar una vuelta alrededor del Sol, a la módica velocidad de 108.000 km por hora, con lo que dónde coños estaremos cuando acabe de escribir esta columna. (Si a eso le añadimos que el Sol se está moviendo a una velocidad infernal, en derredor del centro de la galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia se aleja como un rayo de las galaxias vecinas, ya tenemos el lío montado. Ah, se me olvidaba decir que la Tierra también gira sobre sí misma. Con todo ese jaleo de movimientos, no me extraña nad...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...