Agapito Gómez Villa
Mañana
de ayer sábado, escuchando la radio, camino de Badajoz, programa de
Pepa Fernández, esa chica listísima (lo dice también el sabio José
Antonio Marina en uno de sus libros), cuyo éxito, ya añoso, radica
en haberse rodeado siempre de los más inteligentes colaboradores (o
genios proclamados como Forges), a algunos de los cuales los recogió
directamente de las mazmorras del ostracismo: Íñigo y José Ramón
Pardo. “Ahora viene el consultorio del doctor Kovacs y luego
hablaremos con Javier Cercas”. Un médico y un escritor. Casi nada.
El
doctor Kovacs es aquel muchacho del calva brillante que un día nos
presentara el mentado Íñigo, en la tele de aquellos antaños, y
cuyos méritos eran haber acabado la carrera de medicina a los
diecinueve años y hablar no sé cuántos idiomas. Ya hay que ser
listo. Hoy, un siglo después, es el hombre que más sabe en el mundo
sobre los dolores de espalda, que tanto sufrimiento provocan. Preside
la fundación que lleva su nombre, dedicada al estudio de las
patologías de la columna. Una autoridad mundial, ya digo, capaz de
acabar de un plumazo con los cientos de mitos sobre el particular,
que tanto daño hacen al paciente y a la economía. Por ejemplo, que
las radiografías practicadas al respecto, insisto, a ese respecto,
no sirven para nada, lo que se dice para nada. Dicho de otra manera:
la información que aportan no sirve para explicar el dolor de
espalda. Otro ejemplo: que las resonancias magnéticas, tan ansiadas
por los pacientes, sólo deberían realizarse en casos excepcionales,
de cara sobre todo al tratamiento quirúrgico de la dolencia, lo cual
está indicado en casos muy excepcionales, pues que las famosas
hernias de disco sólo necesitan dicho tratamiento en un exiguo
porcentaje de casos, que son los que tienen verdadero éxito. Otro
más: que estamos tirando cientos de millones de euros a la calle en
los tratamientos de la osteoporosis: la enfermedad, a más de no dar
síntomas (salvo cuando se ‘hunde’ la vértebra, mayormente en
los ancianos), es mucho menos frecuente de lo que se dice. Y otro, el
mito de las malas posturas como causa de dolores en la columna es
eso, un mito. Preguntado, asimismo, el célebre doctor acerca de los
médicos que ‘amenazan’ a los pacientes con la silla de ruedas
“dentro de diez años”, permítanme que les conteste por boca
propia: “¿Y no le ha dicho la marca ni el color de la silla?”.
En fin.
Bueno,
¿pero alguna solución habrá dado el sabio doctor para tan
frecuente dolencia? Por supuesto: que la inmensa mayoría de los
dolores de espalda mejoran con una conveniente y necesaria actividad
física, moderada, adecuada y continuada. ¿Y nada más? ¿Les parece
poco, solucionar miles de casos de dolor de espalda sin una pastilla
y sin una radiografía? Así que ya lo saben: todo el mundo a hacer
ejercicio. Venga.
Javier
Cercas. El motivo de la entrevista es su último libro, “Las leyes
de la frontera”, que promete ser apasionante (esta tarde me lo
compro). Es una verdadera delicia escuchar a un hombre de talento y
Cercas lo es de sobra. Si no fuere así, no hablaría ni escribiría
tan bien como habla y escribe. Y además es paisano de nacencia.
Nació ahí al lado, cerca de Trujillo: en Ibahernando.
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