Tres Manolos tiene
España, que nadie puede tener,
Manolo Escobar es, señores, Santana y el Cordobés", cantaban "Los dos Españoles", allá por las profundidades del
siglo pasado, en aquellos entrañables 'arradios' del parte y
de los discos dedicados, cuando muchos
millones de españoles vivíamos en crisis sin saberlo. Ya sólo nos quedan dos. Uno de ellos, el más aventajado de la terna, el que ha conseguido pasar de un
siglo a otro sin despeinarse, se nos acaba de ir; vamos, que se acaba de morir.
Cuando yo era un chavalillo, que apenas sabía
fumar, ya te quería serrana con un cariño formal.
La banda sonora de
nuestra vida le han llamado los de la tele a la música
de Manolo Escobar. No sé si la de ustedes, pero al
menos la mía sí. Cruzaba por los cercaos de noche y con afición, yo quería ser torero y darte mi corazón. Mayormente en esa etapa que va de la infancia a la
adolescencia. Con mi traje de esperanza, a la iglesia me dirijo, porque hoy
bautizamos, mare mía, el primer hijo. Yo era uno
de los miles de españoles que se sabía de memoria, sí, todas las canciones de
Manolo Escobar. A eso de los diez años, me las conocía todas, y todavía me las sé: pídanme la que quieran y se la
canto ahora mismo. No tengas celos compañerita, con esa cara y con ese
pelo, que a las mujeres que son bonitas las pone feas el mal de celos.
Dice Borges, ese
genio, que para un niño los días son semanas, y para un viejo las semanas son días. Pues bien, en aquellas interminables semanas rurales y
estivales de mi niñez, sin lunes ni domingos (¿sabe el sol qué día de la semana es?), sin una Nintendo que llevarme a la
boca, sin más compañía infantil que un hermano de siete y una niña un poco más chica que yo, como no tenía otra cosa que hacer, me dedicaba a cantar por Manolo
Escobar. Es un ramo de esperanza, dentro de una caja de lirios, ay chaval con
qué salero llevarás tú mi apellido. Eso es lo que
hacía a todas horas, encaramado en
una peña. No lo debía hacer tan mal cuando la muchacha me declaró su amor. En fin.
Aquí radio Andorra, emisora del Principado de Andorra. A
continuación, radiaremos "Madrecita
María del Carmen". Y nos quedábamos hasta las tantas, casa de mi tía Andrea (nosotros no teníamos
'arradio'), noches de brasero y heladas siberianas, por escuchar a Manolo
Escobar. Hoy te canto esta bella canción, con ella te brindo mi cariño y lo mismo que cuando era un niño, en mis labios pongo el corazón.
Han dicho los
entendidos que los americanos tenían a Frank Sinatra y nosotros a
Manolo Escobar. Comparaciones musicales aparte, me parece una reflexión acertadísima. El trigo entre todas las
flores ha escogido a la amapola, y yo elijo a mi Dolores, Dolores, Lolita,
Lola. En efecto, ningún personaje ha sido símbolo/icono de España durante tantos siglos como
Manolo Escobar, que ya sabes que no me gusta que a los toros te pongas la
minifalda, y tal.
Ha hecho bien,
Manolo, muriéndose ahora. Unos años más tarde, muy probablemente
habría tenido que cantar el "Que
Viva España" con otra letra, ay.