El maestro
Cela, el gran maestro don CJC, habría comenzado de esta manera: <<Esto también
podría haberse titulado “Don Leandro y la Infanta”, y no me estoy refiriendo al
tío-abuelo de doña Cristina, Don Leandro de Borbón, hijo que fuera ilegítimo de
don Juan, hasta que dejó de serlo, claro es, cuando consiguiera ser reconocido
como Borbón (he dicho ilegítimo y no bastardo porque, aunque parezca más fino, si
bien el vocablo procede del francés antiguo, en inglés ‘bastard’ se usa también
como hijoputa, y hoy todo el mundo sabe inglés); yo quería referirme a otro
Leandro, a don Leandro Fernández de Moratín y a la obra por la que es conocido,
pieza teatral muy celebrada en su tiempo, “El sí de las niñas”, por contraposición
con “El no de la Infanta”, más bien los noes, que al parecer han sido cientos
los que ha pronunciado en su declaración como imputada ante el juez,…>>. Está
claro que el escrito de don Camilo habría sido exculpatorio, por la gran
amistad que le unía a don Juan Carlos, del cual, cuando lo del Nobel, dijo en
Estocolmo aquello que tanta risa le produjo a muchos, Fernando Savater entre
otros: “Tenemos un rey que no nos lo merecemos”. ¿Será cierto? Por otra parte, el
gran genio que tantas páginas memorables escribiera, no habría escrito una
columna al uso, pues que jamás le cogió la medida al género, el soneto de la
prosa, según Umbral.
Ahora me
toca a mí.
Mucho se ha sorprendido el personal al conocer los
pormenores de la declaración de la doña Cristina. De las casi seiscientas
preguntas, más de quinientas comenzaron con un “no”, o sea, más de medio millar
de noes, que noes es el plural de ‘no’, tal que síes es el plural de ‘sí’, no
como se empeñara en decir Barrionuevo, ministro de la cosa cuando el referéndum
de la OTAN, que se pasó la noche hablando de miles de ‘sís’ (provincia a
provincia). A mí, un ministro me dice una cosa ‘asís’, y me lo cargo antes de
que acabe el recuento. Un ministro que ignora la gramática, no merece ser
ministro ni consejero, ni director general, ni nada. Qué menos que guardarle
respeto a las cuatro partes de la gramática que venían en la enciclopedia
escolar, a saber: morfología, sintaxis, prosodia y ortografía. Bueno, a lo que
íbamos. Que a mí no me ha llamado la atención lo de la infanta. Es más: me ha
parecido de lo más lógico y de lo más natural que casi todas sus respuestas
principiasen por ‘no’. ¿Que por qué? Está clarísimo. ¿Cómo se llama la sociedad
ésa, creada por Urdangarín y su socio para la promoción de actos deportivos y
de camino llevarse, presuntamente, claro, algunos milloncejos (o al revés)? Se
llama Nóos. Ahí lo tienen. Llamándose Nóos, ¿ustedes creen que la infanta iba a
responder con cientos de ‘sís’, como Barrionuevo aquella noche? Vamos anda.
Estoy seguro de que la buena señora debió pensar: Nóos debe de ser el plural de
‘no’ en mallorquín, o sea que lo tengo clarísimo, y no esas cosas tan difíciles
que me han dicho mis abogados, que parecen tontos. Y así fue: “no lo sé”, “no
lo recuerdo”, “no lo sabía”, “no me consta”, “no tenía conocimientos”. Noes/Nóos.
¿Hay algo más parecido?