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Un jornal fijo para la reina


  Se lo escuché a mi padre muchas veces, mayormente en temporales como el presente, interminables días tras la puerta de la calle, sin poder salir al campo con el burro, a arrancar una carga de escobas, veinte pesetas en la tahona, viendo llover sin parar, como en “Mazurca para dos muertos”, la obra cumbre de un genio, Cela, quién va a ser: “Si yo tuviera un jornal seguro”. Es que mi padre no alcanzó nunca a tener un jornal seguro. Igual que la reina hasta hace cuatro días. En efecto, la Casa Real, perdón, Casa Real, ha informado esta semana que el rey ha decidido ponerles un sueldo fijo a la reina y a la princesa de Asturias. Mi padre decía ‘jornal seguro’ porque era jornalero y porque no conocía la palabra sueldo, si no, hubiera dicho lo mismo que La Zarzuela, perdón, Zarzuela: un sueldo fijo.

  Recordando las zozobras de mi padre por la falta de un jornal seguro, entiendo a la perfección lo que tienen que haber pasado doña Sofía y doña Letizia, sobre todo la reina, claro, casi cuatro décadas en situación tan precaria. Mi padre nunca hablaba de la cuantía del jornal, “aunque fuera chico”, solía añadir; siempre ponía todo su afán en la seguridad. Es que debe de ser muy duro criar a un príncipe y a dos infantas sin saber ni cuándo ni cuánto te van a pagar por tu trabajo.

  Más de uno se estará preguntando por qué Zarzuela, horror, ya me contaminé del idiota esnobismo periodístico, que por qué La Zarzuela ha decidido, precisamente ahora, asignarle un sueldo fijo a ambas señoras (esto me recuerda el comentario de Borges acerca de la presciencia divina sobre la creación del mundo). Algunos han apuntado que ha sido para amortiguar el enorme impacto mediático de la noticia del momento, nunca mejor dicho: la declaración de la infanta Cristina en el juzgado de Palma, que se está llevando a cabo mientras escribo. No es por eso, aunque por ahí van los tiros.

  La información que voy a darles es estrictamente confidencial, que uno tiene sus amistades. El sueldo fijo de la reina (lo de doña Letizia lo han puesto para disimular) ha sido ‘creado’ para esgrimirlo como defensa judicial de la infanta imputada. Lo que yo les diga. Los abogados van a argumentar, están argumentando ahora mismo, que doña Cristina quedó muy traumatizada en la infancia (traumada dicen los hispanos de América) por el frecuente lamento de su madre, la reina: “Ah, si yo tuviera un sueldo fijo”. Por lo visto, debido a dicha ‘vivencia’, la infanta vio siempre en los tejemanejes de su marido, en los que nunca participó directamente, por supuesto, una forma de resarcimiento por el abuso laboral que Casa Real, horror, cometió con su madre durante décadas. El abuelo de la infanta, don Juan, con la perspicacia que le caracterizaba, declaró en cierta ocasión que doña Sofía era “una gran profesional” (sic), una gran profesional, sí, pero que hasta anteayer mismo no tuvo un sueldo fijo por su trabajo. ¿Me entienden ahora?

  Y para acabar, a los que dicen que el Hospital Infanta Cristina debiera cambiar de nombre, por la impregnación judicial del mismo, les propongo el remedio más barato: Hospital “Infante Cristiano” (que Messi se hubiera llamado de otra forma).

 

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