Ir al contenido principal

Franco versus Fidel


   Yo también tenía pensado escribir sobre Fidel, pero después de lo contado ayer por TMT, más conocido por Martín Tamayo, sobre cómo se las gastaba el individuo, he decidido tirar por otros derroteros. Si acaso, apuntar someramente lo que tenía pergeñado: similitudes y diferencias entre Franco y Fidel.
   Similitudes: ambos eran de origen gallego, ambos duraron una eternidad en el mando, y ambos tenían muy buena mano para enviar al otro mundo al enemigo (les recuerdo que en España hubo ejecuciones hasta bien avanzada la postguerra y les recuerdo, asimismo, que Pedro Sainz Rodríguez, amigo de Franco de cuando era el  “comandantín”, le dimitió tempranamente del cargo de ministro, porque no podía soportar verlo firmar sentencias de muerte con una mano, mientras que con la otra mojaba el bizcocho en la jícara de chocolate).
  Diferencias: aparte de la estatura, Fidel llegó al poder cuando Cuba era el segundo país en renta per cápita de América, y lo ha dejado sumido en la más absoluta miseria, sólo superado por Haití (por abajo, claro). Por contra: Franco cogió una España en ruina posbélica total, y a su muerte era un país en donde todo el mundo comía caliente, en donde casi todo el mundo tenía un 127, en donde hubo una cosa maravillosa para los muchachos aplicados, ¡la beca-salario!, y en donde las clases más humildes tenían a su servicio la red de hospitales del Seguro, que así se llamaba entonces. (Hasta aquí lo de Franco y Fidel).
   No creo que haga falta decir que casi todos los hospitales públicos hoy en funcionamiento fueron construidos durante la dictadura. Pues bien, de la inercia sanitaria de aquellos tiempos, y gracias al empujón que le diera (sistema MIR; especialidad de Medicina de Familia) el doctor Segovia de Arana, bendita sea su memoria, España goza hoy de uno de los mejores sistemas de salud que existen. ¿Que adónde quiero llegar? Al ajuste de cuentas, claro.
  Anteayer mismo, en un hospital de Navarra, por primera vez en España le fue implantado un corazón artificial a un paciente en espera de un corazón humano. Si eso no es medicina del primerísimo mundo, que venga Dios y lo vea. ¿Que dónde está el ajuste de cuentas? En el corazón artificial. Es que no puedo soportar a los sinvergüenzas (léase mentirosos, demagogos), que con para atacar no ya al gobierno de turno y sus corrupciones, sino al sistema, se plantan ante un micrófono, con cámaras o sin ellas, y con una osadía desmedida sueltan lo del “desmantelamiento del estado del bienestar”, sin saber lo que es el desmantelamiento (creen que es retirar el mantel) y lo que es más grave: sin saber que el bienestar del que gozan lo tienen sin haber dado un palo al agua, los muy zánganos, que es lo que son: más zánganos que la chaqueta de un guarda. En Navarra tenéis el desmantelamiento, so demagogos.  
  -No se ponga usted así, don Agapito, que le va a dar algo.
  -En el estado de bienestar de Cuba los quisiera yo ver.

  Ah, se me olvidaba una diferencia entre Franco y Fidel. Franco no se conformó con ser general, se hizo nombrar Generalísimo, con un par. Fidel, personalidad más humilde, no quiso pasar de Comandante, ni siquiera Comandantísimo. Bueno, y lo del chándal: a Franco nunca le sentó.
 

  

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...

Dos soles y cuatro lunas

  Pasado mañana, a las doce en punto de la noche, despediremos un año, y un instante después, estrenaremos uno nuevo. Y la Tierra, que es la madre del cordero, sin enterarse de la misa la media. ¿Por qué digo esto? Hombre, está muy claro. ¿Qué es un año? Un año, lo saben muy bien los niños, es el tiempo que pasa entre los regalos de un cumple y los del cumple siguiente. Aniversarios infantiles aparte, un año, como es sabido, es una medida astronómica: el tiempo que la Tierra tarda en completar una vuelta alrededor del Sol, a la módica velocidad de 108.000 km por hora, con lo que dónde coños estaremos cuando acabe de escribir esta columna. (Si a eso le añadimos que el Sol se está moviendo a una velocidad infernal, en derredor del centro de la galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia se aleja como un rayo de las galaxias vecinas, ya tenemos el lío montado. Ah, se me olvidaba decir que la Tierra también gira sobre sí misma. Con todo ese jaleo de movimientos, no me extraña nad...