Les supongo al tanto de la noticia de la semana. ¿La irrupción de Trump cual elefante en cacharrería? Qué va, mujer/hombre, qué va. Algo más importante: la reaparición en cuerpo y alma de Isabel Pantoja en "El hormigonero", el programa del muy avispado Pablo Bici, perdón, Pablo Motos. El evento ha coincidido en el tiempo con el ingreso hospitalario de su hijo unigénito, con perdón (Chaveli vino de los Andes), el ínclito Paquirrín: una cosa sin mucha importancia, un nuevo ataque de gota. A mejorarse, amigo. Pues bien, aprovechando lo de la madre, voy a hablarles del hijo: de la impresionante relevancia social que su figura está adquiriendo, incluso allende nuestras fronteras. Allá voy.
Sucedió hace un par de semanas en "Corazón, Corazón", espacio de La 1 presentado por la impar Anne Igartiburu, que me mantiene `conectado` con el mundo real (cuando no voy a estar en casa a esa hora, lo grabo). En esto que salen unas imágenes idílicas de los duques de Cambridge (abro paréntesis: tuve la suerte de pernoctar un par de noches en el Queen´s College de su archiprestigiosa universidad, paredes empapeladas de premios Nobel, pero ni por ésas se me quitó el pelo de la dehesa: cierro paréntesis), o sea, la bella Kate y su esposo Guillermo, ambos tan jóvenes, tan guapos, tan felices, tan sonrientes. Pues bien, ida que fuese de la pantalla la belleza de la duquesa, ¿a que no se imaginan quién salió a continuación? En efecto: sin solución de continuidad (al diccionario), de sopetón, qué susto me llevé, apareció la dulce, ascética y egregia faz de Paquirrín. Ya tenemos conflicto diplomático, pensé. Me explico.
Hace muchos años, cuando nuestra monarquía era un dechado de perfección, en los telediarios, las noticias relacionadas con la familia real eran emitidas en un apartado aparte, como si dijéramos, más bien al final y envueltas en música de Hendel, o algo parecido. (Habría sido muy feo sacar a sus majestades a continuación de un futbolista, un suponer.) Eso era antes, ya digo: ahora anda todo manga por hombro. Sin embargo, los británicos no han bajado ni un ápice el listón en lo que a información sobre su monarquía respecta, razón por la cual pensé que habría una inmediata protesta diplomática por haber mezclado al heredero al trono con lo más granado de la farándula española. Nada más lejos. Ese mismo día (yo lo he sabido esta semana), se recibió un comunicado a través de la embajada británica en Madrid, en el que se daban las más efusivas gracias a TVE por el trato tributado al nieto de su graciosa majestad y a su esposa Kate: "Teniendo conocimiento de que, en un exitoso programa de la televisión oficial española, en el que salen a diario, entremezclados con los más importantes artistas del cine y de la música norteamericanos, personajes de tanta relevancia social como el señor Francisco Rivera Pantoja y su señora madre (incluso cuando ésta cumpliese pena de prisión), don José Ortega (Cano), exrecluso asimismo, y sus hijos Francisco José y Gloria Camila, don Jesús Janeiro y señora, así como una larga lista de insignes personalidades, queremos agradecerles haber colocado a nuestros jóvenes duques junto a don Paquirrín, hecho que consideramos un honor". El Jefe de la Civil Royal House.