Ir al contenido principal

AL QUINTO DÍA, RESUCITÓ

Dijo Albert Camus que “todo está dicho, pero hay que recordarlo porque a la gente se le olvida”. Lo de Cela por ejemplo: “Cuando en un lugar huele mucho a algo, el secreto no es oler más, sino oler distinto”. Pues eso. Ahora mismo, en el oceánico mundo de los medios de comunicación, no huele a otra cosa que a Pedro Sánchez (para la historia, Pedro I “El Enamorado”), de la que ha montado nada más volver de sus cinco moscosos espirituales: las amenazas contra los fabricantes de fango (nuevo mantra), y ya de soslayo contra los jueces, que son los únicos que pueden ponerle el dedo en la nariz (que se vayan preparando). Por consiguiente (“Felipe presidente”), siguiendo el mandato de Camilón, en estos momentos, uno no debiera (¿o debería?) incurrir en el sanchismo-leninismo, por si las moscas. Lo más sensato sería hablar, un suponer, de Rubiales, esa ‘inocente’ criatura, cuyo solo apellido ya infunde sospechas: Rubiales, ¡calvo y moreno!, hay que joderse. Pero, como médico ejerciente, me veo en la obligación ética de hablar de Pedro. Luego verán por qué. Uno, motu proprio, por razones de higiene mental, jamás ve nada relacionado con la política en televisión. En mi propia casa, claro. En casa ajena es otro cantar. Fue el caso que el otro día, de visita a un amigo impedido, no me quedó más remedio que ver un programa en el que se hablaba, ad nausean, de un solo tema: el dolorido retiro de un hombre “profundamente enamorado”, así como del más probable signo de su transcendental ‘decisión’. Era tal el afán por el asunto, que mientras cientos de personas opinaban al respecto, en la parte baja del televisor aparecía una y otra vez el siguiente rótulo: “Personas próximas al presidente dicen que está roto”. Roto de dolor, según la celebérrima “Carta”. No faltó quien manifestara que Pedro estaba sumido en una profunda depresión, la que corresponde a un profundo enamoramiento, pensé, razón ésta que indujo a muchos a pensar que, llegado el día, anunciaría su retirada. Mas hete aquí que, cuando España entera andaba con la respiración contenida, más aún al radiarse en directo su visita a La Zarzuela, perdón, a Zarzuela, va nuestro hombre y, el día señalado, anuncia tan campante que ha decidido continuar. Aquí quería yo llegar. Uno no tiene por qué dudar de que Sánchez haya sufrido una intensa depresión: el tono de su carta así lo denotaba. Uno no puede creer que lo suyo haya sido una estratagema, tal que algunos sugieren, Felipe González el primero, cuando le preguntaron que qué opinaba sobre la decisión de Pedro: “Ah, no sabía que fuera una decisión”. Lo que sí tengo claro es que, “de ciento en horas veinticuatro”, pasó de la depresión al teatro. Por eso, como médico en activo, creo que sería muy conveniente que La Moncloa, perdón, Moncloa, haga público el tratamiento que le ha sido administrado al presidente, milagroso a todas luces. Por el bien de miles de pacientes afectos de depresión.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

EL SEXO CUÁNTICO

Eso es precisamente lo que están investigando y difundiendo las muchachas de Igualdad, el ministerio de doña Irene Trans, perdón, Montero, las jóvenes científicas que trabajan en el LISMI (Laboratorio de Investigaciones Sexológicas del Ministerio de Igualdad), al frente del cual se encuentra una señora que se hace llamar Pam. El sexo cuántico, o sea (no confundir con el sexo tántrico, el de Sánchez Dragó). Que qué rayos es el sexo cuántico. Muy sencillo: el sexo llevado a sus últimas minuciosidades, un suponer, el sexo durante los días ‘enrojecidos’, así como la exploración de otros ‘agujeros negros’ de la galaxia femenina, etc. Que por qué el nombre de cuántico. Porque es lo más parecido a la llamada mecánica cuántica. O sea, el sexo de lo minutísimo. Me explico. Así como existe una parte de la física que se ocupa del macrocosmos, al que dedicó sus poderosas neuronas “el más grande”, Albert Einstein (“la más grande” es Rocío Jurado), con su asombrosa teoría de la relatividad, e...

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO Agapito Gómez Villa Sucedió hace tres quinquenios en la llamada Cámara Alta, ese ente inservible que nos cuesta 5.000 millones al año (ni con mayoría absoluta de la oposición sirve para mojarle la oreja a Sánchez), cuando José Montilla, andaluz de Iznájar, Cordoba, presidente a la sazón de la Generalidad de Cataluña, perdón, Catalunya, se dirigió a la concurrencia en un ‘perfecto’ catalán (malas lenguas dicen que cuando tiene que escribir algo en público, le pasan antes una chuleta). Entre los senadores, Manuel Chaves, andaluz de Sevilla nacido en Ceuta, escuchaba atento, pinganillo mediante, a su paisano José. Aquel día me dije: están locos. Amable lector: “Demuéstrame que no tengo razón”, que decía el joven americano recién asesinado. Que un sevillano se viera obligado a usar un auricular para entender a un cordobés (16 años tenía cuando su familia emigró a Cataluña), es muy fuerte. Ni que decir tiene que ...