Ir al contenido principal

Correo confidencial


  La noche del pasado jueves, recibí un correo confidencial que en un primer momento me llenó de indignación y de estupefacción, una mezcla homogénea de ambas cosas: “Asunto delicado. Me dicen que el rey se va en dos días a Houston a ser operado. La fuente es alguien de la Casa del Rey que se lo ha trasmitido a ... Es un poco fuerte para ser un bulo, pero yo de … me fío lo justo. De ser cierto, el anuncio se haría el fin de semana para tratar de evitar impactos en los mercados por inestabilidad…” Como sea verdad, mañana mismo me hago catalán, me dije nada más terminar de leerlo; pero no de Convergencia ni de Ciu, qué va: me hago de Esquerra Republicana. Y con esa cantinela me fui a la cama y con la misma me desperté. “No creo que se les ocurra llevárselo fuera, como a un Chávez cualquiera. Sería una afrenta intolerable a los miles de buenos profesionales de la medicina que hay en España. ¿Te imaginas al presidente de la República Francesa viajando al extranjero para ser operado?”, respondí a mi confidente. ¿Entienden por qué mi afán nocturno por entrar a toda prisa de Esquerra Republicana? Lo de Esquerra no era por hacerme de izquierdas, paso de dicotomías rancias, sectarias, excluyentes, sino por dejar de ser español lo antes posible: para dejar de tener como jefe de Estado a un señor que, en el caso de haber resultado cierto lo de la operación extranjera (EEUU es el extranjero), hubiera menospreciado a la nación de tamaña manera. Algo debió de haber de verdad cuando los periódicos mantuvieron la duda, en internet, hasta el mismo momento de ser radiotelevisado el comunicado de la Zarzuela, perdón, de Zarzuela, que dicen los periodistas esnobistas y un tanto idiotas. Por fortuna, alguien con dos dedos de frente decidió que la operación se le haga en España, por un médico que, aunque residente/ejerciente en los EEUU, sigue hablando castellano con acento gallego.  

    Lo dije ya en estas páginas a propósito de aquel gran patriota que, como no se fiase de la sanidad de su país -por qué, si no-, decide viajar a Londres para ser operado, un tal Augusto Pinochet. Pa matarlo. Le estuvo bien empleado lo que le pasó por culpa de Garzón. A ese respecto, patriota, lo que se dice patriota, lo fue Franco, que no anduvo moviéndose de Madrid. Ítem más, la última intervención le fue realizada, a vida o muerte, nunca mejor dicho, en el mismo palacio de El Pardo, con apagón de luz incluido, lo que puso de manifiesto la enorme categoría profesional de aquellos doctores, españoles todos, para más señas. Si la medicina española de aquel entonces fue capaz de devolverle la vida a un cadáver, cómo no va a ser competente para reintervenir una prótesis de cadera infectada, ahora que tenemos uno de los sistemas sanitarios más eficientes del orbe.

   Total, que habría sido una afrenta insoportable a la nación (para mí, desde luego) si hubieran decidido llevarse al rey fuera. Lo de traer a un médico español de la Clínica Mayo me parece de perlas: le quitan toda responsabilidad al doctor Villamor y de camino le privan de la humillación de haberle sustituido por uno doméstico.

  Los de la Esquerra tendrán que esperar.

 

 

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

Dos soles y cuatro lunas

  Pasado mañana, a las doce en punto de la noche, despediremos un año, y un instante después, estrenaremos uno nuevo. Y la Tierra, que es la madre del cordero, sin enterarse de la misa la media. ¿Por qué digo esto? Hombre, está muy claro. ¿Qué es un año? Un año, lo saben muy bien los niños, es el tiempo que pasa entre los regalos de un cumple y los del cumple siguiente. Aniversarios infantiles aparte, un año, como es sabido, es una medida astronómica: el tiempo que la Tierra tarda en completar una vuelta alrededor del Sol, a la módica velocidad de 108.000 km por hora, con lo que dónde coños estaremos cuando acabe de escribir esta columna. (Si a eso le añadimos que el Sol se está moviendo a una velocidad infernal, en derredor del centro de la galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia se aleja como un rayo de las galaxias vecinas, ya tenemos el lío montado. Ah, se me olvidaba decir que la Tierra también gira sobre sí misma. Con todo ese jaleo de movimientos, no me extraña nad...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...