Ir al contenido principal

El cambio de la hora


   Anda el personal un tanto alborotado con el presunto cambio de la hora, que por lo visto estamos en un huso horario que no es el que corresponde a un país que es enjaretado a la altura de Zaragoza por el celebérrimo meridiano de Greenwich, o sea, el meridiano cero, que algún punto de referencia habría que tomar, ya que el mundo, o sea, la Tierra, no se está quieta ni un instante, según la bellísima canción de Jimmy Fontana, muerto recién, ay: “Oh, mundo, que no ha parado ni un momento”. En efecto, desde que hace unos cuatro mil quinientos millones de años, trienio arriba, trienio abajo, nuestro planeta comenzase su andadura alrededor del sol, no ha parado de girar como una loca, ¡a mil setecientos km por hora!, siempre en el mismo sentido, de izquierda a derecha, lo que propicia, claro es, que el sol salga cada mañana por el Mediterráneo, dejándonos a los extremeños en el furgón de cola peninsular. ¿Hay derecho a eso?

  Sinceramente, creo que es una clarísima injusticia, una injusticia histórica, como la deuda ésa que se sacan de la manga los políticos, cuando no saben cómo pedirle unos millones al gobierno de la nación. Lo de la deuda, empero, parece que tiene mejor solución que lo otro. Lo propuse, tiempo ha, en estas páginas, durante la égida ibarrense. Le propuse, sí, al señor Ibarra, que él, que todo lo podía, consiguiese de los poderes centrales un cambio en los amaneceres, es decir, que el sol saliese una temporadita por Portugal y se pusiera por Valencia, que ya está bien de lo contrario. A la vista está que no lo consiguió. Y si él no pudo, menos lo va a conseguir el señor Monago, por mucho que le guste parecerse a Juan Carlos, con esa costumbre que ha cogido de sacar los pies del tiesto de su partido.

  Lo que sí estoy seguro que podría conseguir el señor Monago es modificar alguna de estas dos prácticas afrentosas, o ambas. Me explico. Ya está bien de que a la hora de la información meteorológica, en TVE empiecen siempre por Galicia y sigan por la cornisa cantábrica, y luego por Aragón y Cataluña y después por la región levantina y a continuación Castilla y León y cuando llegan a Extremadura, ya te has quedado traspuesto, o has tenido que levantarte a orinar, un suponer, y cuando vuelves, van ya por Andalucía. Señor Monago, dígales a los suyos que empiecen una temporadita al revés, que ya está bien de tanta preterición (al diccionario).

   Lo otro es parecido a lo anterior, pero en la radio. Radio Nacional (las privadas que hagan lo que quieran), a eso de las siete y media (a.m.), tiene la costumbre de hacer una rueda de corresponsales por los centros regionales. ¿Por dónde empiezan siempre? Por Galicia. La secuencia es casi la misma que la de la información del tiempo, pero con un agravante: del levante pasan a Andalucía y de aquí saltan a Ceuta y Melilla, perdón, las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, dejando a Extremadura casi al final, cuando ya la atención se ha cansado de esperar. ¿Hay derecho a semejante trato?

   Señor Monago, ahí le brindo dos formidables oportunidades para el lucimiento: aprovéchelas. Por el bien de nuestra tierra.

     

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...

EL SEXO CUÁNTICO

Eso es precisamente lo que están investigando y difundiendo las muchachas de Igualdad, el ministerio de doña Irene Trans, perdón, Montero, las jóvenes científicas que trabajan en el LISMI (Laboratorio de Investigaciones Sexológicas del Ministerio de Igualdad), al frente del cual se encuentra una señora que se hace llamar Pam. El sexo cuántico, o sea (no confundir con el sexo tántrico, el de Sánchez Dragó). Que qué rayos es el sexo cuántico. Muy sencillo: el sexo llevado a sus últimas minuciosidades, un suponer, el sexo durante los días ‘enrojecidos’, así como la exploración de otros ‘agujeros negros’ de la galaxia femenina, etc. Que por qué el nombre de cuántico. Porque es lo más parecido a la llamada mecánica cuántica. O sea, el sexo de lo minutísimo. Me explico. Así como existe una parte de la física que se ocupa del macrocosmos, al que dedicó sus poderosas neuronas “el más grande”, Albert Einstein (“la más grande” es Rocío Jurado), con su asombrosa teoría de la relatividad, e...