Ir al contenido principal

Información sensible


    En España toda, luego de una interminable invernada de desastres concatenados, al fin luce radiante el sol. Y no me refiero a la estrella que nos alumbra y nos da vida, esplendente en estos días, no. Me refiero a otro tipo de alumbramiento. Me refiero a la noticia que hoy ilumina a la totalidad de los hogares españoles: el nacimiento de un nuevo Alberto Isla, hijo primogénito de Chavelita. ¿Que quién es Chavelita? Vamos hombre. En qué mundo vive usted.

   El felicísimo evento, que tuvo lugar en la ciudad de Málaga, se produjo mediante cesárea, a la cual no pudo asistir ningún familiar de la joven madre, salvo la abuela materna de Albertito, en su calidad de enfermera, que alguna ventaja tendríamos que tener los sanitarios: cuando operaron a mi hija, yo estuve presente las dos horas, vestido de verde hasta las cejas. Quico Rivera, Paquirrín para el siglo, ni siquiera pudo estar en el antequirófano, que se encontraba en Barcelona, por razones laborales. Sí, por razones laborales. Qué pasa, ¿no se creen que el mozo haya roto a trabajar? Pues sepan todos ustedes que el muchacho, a más de ser una figura emergente como ejemplo para la juventud, tal que otrora lo fuera Mario Conde, se gana el pan como disc-jockey (pinchadiscos suena vulgar), que al parecer es un virtuoso del género: nada más que hay que verlo, exultante en la labor, los auriculares coronando su egregia cabecita. Por supuesto que al feliz tío le faltó tiempo para enviar un mensaje de felicitación a los papás de Albertito: su hermana Chavelita y su cuñado Alberto, con los que hace algún tiempo mantuviera una relación tormentosa, ya que, según ha trascendido, el joven Isla no era santo de la devoción de la familia Pantoja.

   Por desgracia, la felicidad nunca es absoluta. Anteayer mismo se supo que Ortega Cano ha sufrido un nuevo revés judicial en su intento de impedir el ingreso en prisión. Oiga usted, don Agapito: que ese torero no tiene nada que ver con la familia Pantoja, que el que estuvo casado con Isabel fue Paquirri. Usted perdone: como la señora de Ortega también era cantaora, y además salen todos los días en la tele unos detrás de los otros, me he hecho un lío. No obstante, como les iba diciendo, la felicidad nunca es completa. El otro día nos hemos enterado de que Quico tiene un grave problema: debe dos mil euros, presuntamente, claro, a la comunidad de vecinos. Se lo preguntó una ‘reportajera’ (de reportaje, ‘reportajera’), a bocajarro: ¿Es verdad que debes dos mil euros a la comunidad de vecinos?

  ¿Que de dónde me viene tanta información? De dónde va a ser. De televisión española, del programa “Corazón”, en su versión vespertina, que no me pierdo ni uno (al mediodía no puedo, ay). No querrán ustedes que yo ponga mis ojos en esos programas basurientos de las cadenas privadas, populosos de ancianas chillonas, huérfanas de toda tersura, y de varones de dudoso pelaje. Me parece muy bien que TVE, la televisión que pagamos todos los españoles, no deje información tan sensible en las dudosas manos de los depredadores privados. Y además, lo guapa y elegante que es la presentadora, Elena S. Sánchez, imitando con sus garbosos andares a la sin par Anne Igartiburu.

    Enhorabuena a los papás de Albertito.

   

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

Dos soles y cuatro lunas

  Pasado mañana, a las doce en punto de la noche, despediremos un año, y un instante después, estrenaremos uno nuevo. Y la Tierra, que es la madre del cordero, sin enterarse de la misa la media. ¿Por qué digo esto? Hombre, está muy claro. ¿Qué es un año? Un año, lo saben muy bien los niños, es el tiempo que pasa entre los regalos de un cumple y los del cumple siguiente. Aniversarios infantiles aparte, un año, como es sabido, es una medida astronómica: el tiempo que la Tierra tarda en completar una vuelta alrededor del Sol, a la módica velocidad de 108.000 km por hora, con lo que dónde coños estaremos cuando acabe de escribir esta columna. (Si a eso le añadimos que el Sol se está moviendo a una velocidad infernal, en derredor del centro de la galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia se aleja como un rayo de las galaxias vecinas, ya tenemos el lío montado. Ah, se me olvidaba decir que la Tierra también gira sobre sí misma. Con todo ese jaleo de movimientos, no me extraña nad...

DE LOS ALERTEROS Y LOS POLÍTICOS

Se han pasado el verano acojonando al personal con alertas por la caló (les gusta más una alerta roja que a un tonto una tiza), y para una vez que han podido lucirse, la DANA valenciana, ha pasado como en el cuento del lobo. Me refiero a los saltimbanquis/as que han convertido una ciencia, la meteorología, en un espectáculo circense, que lo único que les falta es comenzar sus intervenciones como aquellos genios que hubo: “¿Cómo están ustedeeees?” Tendrían que aprender del profesor Jorge Olcina (COPE) y de José Miguel Viñas (Rne), o de Mario Picazo, físicos todos, unos señores que tratan la meteorología con un rigor y una seriedad que da gusto, no como esa pandilla de histriones/as, ya digo, que parece que fueran ellos los hacedores del clima. Así les ha lucido el pelo con la “DANA más catastrófica del siglo”, que es como titulan ‘los otros’ a todas horas, tal que si estuviéramos ya en el 2099. Dice José Antonio Maldonado, físico también, que no entiende por qué se tard...