Esta semana, la casa matriz de este periódico, Vocento, ha logrado un extraordinario milagro:
reunir a tres personas que, como dice el chiste sobre la ONCE (que me perdonen sus admirados
invidentes), no se pueden ni ver: Felipe, Aznar, Zapatero. Motivo: "Cuarenta años de democracia",
reflexiones sobre tan formidable etapa de nuestra historia. Como era lógico y natural, en dicho
encuentro no podía faltar la canción del verano, el malhadado referéndum sobre la independencia
de Cataluña, perdón, Catalunya, asunto sobre el que, cada uno a su manera, los ilustres invitados
no le hicieron ascos al artículo 155 de la Constitución: ya saben, la suspensión, llegado el caso,
del Estatuto de Autonomía. Mas hete aquí que no hubo ni una palabra de autocrítica, o como
hubiera dicho mi madre, no hicieron memoria: "Haz memoria, hijo; haz memoria", nos decía, en
actitud implorante (sin que ella, la pobre, supiera qué fuese una actitud implorante), cuando
perdíamos, un suponer, el duro para comprar cuarto y mitad de algo en el comercio. Les iba
diciendo que si hubiesen hecho memoria, habrían llegado a la misma conclusión que usted y yo,
sí: que los lodos independentistas de hoy, son la consecuencia de los polvos sectarios de antaño.
Me explico: todos los presidentes de los glosados cuarenta años, cuando la manta parlamentaria
les fuera insuficiente, a falta de otros apoyos, se vieron abocados a echarse en manos de la
"diputambre" catalanista (loor a Jaime Campmany, inventor del término), cuando no del PNV,
siempre a cambio de algo, claro, cuando no una inversión, era una inmersión, lingüística, por
supuesto, detrás de todo lo cual estaba siempre, ay, la negra sombra de un personaje siniestro, un
tal Pujol, muñidor máximo del desaguisado actual (Boadella dixit). Y así, hasta la presente tensión,
hipertensión más bien. ¿O me van a decir que no?
Sigamos reflexionando. ¿Ustedes creen que si la UCD, el PSOE y el PP (antes AP) se hubiesen
`prestado`mutuos apoyos parlamentarios, habríase llegado al grado de encanallamiento actual?
Vamos anda. ¿Que hubiera sido una traición a los votantes? Por esa regla de tres, los alemanes
son todos unos traidores; pero, a lo que se ve, no les ha ido muy mal con tantas traiciones: "la
gran coalición" han llamado a lo suyo. Y tan contentos. Dicho de otra manera: tan culpables como
Jordi Pujol (el tío más malo de España, ex aequo con Arzallus), fueron/son los respectivos
mandamases de la izquierda y de la derecha. Lo que yo os diga. A vosotros me refiero: a ti, Felipe,
a ti, José Mari; a ti, José Luis; a ti, Mariano; a ti, Pedro, (¿qué creías que te ibas a ir de rositas?).
Ya me podéis decir gollerías, que no me vais a convencer.
Que sí, que Pujol es un castigo que nos mandó el Señor (Tarradellas nunca lo tragó: "dictadura
blanca muy peligrosa" llamó a lo suyo), pero insisto: si los partidos mayoritarios hubiesen actuado
con algo de inteligencia (ya sé que es mucho pedir) y algo menos de sectarismo (¡de esa materia
están hechos!), otro gallo nos hubiese cacareado.
Antes de que se me olvide: con un pico de lo que Rajoy acaba de invertir en Cataluña para
calmar un poquito el dolor de muelas independentista, los extremeños nos hubiésemos dado con
una piedra en los incisivos.