Yo sé que al personal lo que le gusta más que nada es la cosa de la política, lo cual me parece muy bien. Pero se nos ha muerto Maradona (los artistas son de todos), y eso son palabras mayores. Además, ya lo dice la biblia apócrifa: no sólo de política vive el hombre, sino de toda palabra salida de la boca del señor…Agapito. Ítem más: qué adelanto con clamar al cielo que España -oiga, ¡España!- está en almoneda, si ni siquiera le hacen ni puñetero caso a los grandes popes del periodismo nacional. ¿Que sí? Díselo tú, Pedro Pablo.
A lo que vamos. ¿Ustedes creen que Maradona habría ascendido a los ‘altares’, de haber sido un fornido, bronco y violento defensa como aquel Goicoechea que, tiempo después de haber hecho lo propio con Schuster, le hizo trizas un tobillo? Vamos, anda. Diego es san Diego porque fue el más virtuoso violinista del balón (Messi es un genial guitarrista), el muchacho que fue capaz de elevar a la categoría de arte una actividad pedestre (de ‘podo’: pie en griego), que por algo se llamaba ‘balón pie’ (como el Betis), antes de que cuajase lo de fútbol, que es lo mismo, pero en fino, o sea, en inglés.
Si no fuera por Maradona y sus discípulos, yo detestaría el fútbol: tantas patadas, tantos codazos, tantos agarrones, tantos escupitajos. ¿Que no? Bueno, y también por Iniesta. Y por Xavi. Y por Guti, el Curro Romero del fútbol, el mejor jugador de la historia (vean, si no, un vídeo que circula por ahí). Y, en fin, por tantos jugadores a los que se les nota que además de músculo y sudor atesoran un plus de talento para el oficio. Lo cual que se pueden imaginar el cariño que les profeso a los Goicoechea, o sea, a los leñeros, a los marrulleros, a los matones. “Ningún futbolista hace una entrada dura con la intención de lesionar al contrario”, dicen. Y voy yo y me lo creo. Recuerdo una de Figo a la rodilla de un muchacho que recién empezaba… Álvaro se llamaba.
Pero lo más curioso es la actitud de ciertos árbitros. Ven una entrada homicida y ni siquiera castigan al infractor de rodillas unos minutos, en la zona de calentamiento, claro. Afortunadamente, los tiempos están cambiando. ¿Saben ustedes que cuando lo de Maradona, Goicocechea no solo no fue fusilado en el inte, que es lo que merecía, sino que ni siquiera fue expulsado? ¿A que tampoco saben cómo le llamaban los periodistas deportivos de entonces a la práctica del juego violento? ¡Juego viril! Y lo decían tan ufanos, los muy majaderos.
- Oiga, ¿y no le parece muy fuerte lo del fusilamiento del defensa?
- Es que yo soy de la escuela de Mingote, aquel genio: “A los partidarios de la pena de muerte habría que fusilarlos a todos”. Y Goico era muy partidario: entraba a matar.
Va por ti, Diego.
Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...