La que tiene montada el personal con lo de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez (no somos parientes). Que si se entrevistó con unos ‘abalistas’ (epígonos de Ábalos). Que si se reunió con un centón de empresarios marroquíes (el robo del móvil no fue tal: fue una simple equivocación). Que si la empresa propietaria de una línea aérea que volaba muy bajo patrocinó eventos de Begoña cuando era la “Reina de África”, y que si dicha línea levantó el vuelo al poco tiempo, gracias a los 500 milloncejos que le regaló Pedro en agradecimiento a lo de su esposa. Ganas de enredar es lo que tiene la gente.
Qué cosa más normal que en un matrimonio uno ayude al otro, cuando el otro no puede atenderlo todo. ¿Quién le daba de beber al burro cuando mi padre segaba de sol a sol? ‘Pos’ mi madre, mientras yo fui chico. (He dicho beber y no comer, porque el burro andaba casi siempre a relva.) Pues lo mismo Begoña con Pedro, desayunando: “No te preocupes, cariño: de los ‘abalistas’ me encargo yo”. Tres cuartos de lo mismo, con los empresarios marroquíes. Como hiciera mi madre en su día, que no dudó en reunirse con unos arroyanos que vinieron al pueblo a comprarnos el burro (mi madre escondió el móvil, por si acaso), una vez que a mi padre le dio por probar en la albañilería madrileña. Cinco semanas duró. Prefiero morirme de hambre en el pueblo, fue lo primero que dijo al volver.
Me falta lo de la línea aérea. ¿Es que no ha habido nadie por desventura en la Junta de Extremadura, que tuviere la ocurrencia de invitar a Begoña al Festival de Teatro de Mérida, o a los ‘torus’ de Garrovillas, o a la Feria Ganadera de Zafra, perdón, Feria Internacional, o al Peropalo, o al Jarramplas, o a las Carantoñas, o a las Fiestas del Ramo de mi pueblo? En el mismo año, o en años sucesivos, tanto da ¿Que con qué fin? Está claro: seguro estoy de que, a poco que Begoña se lo hubiese insinuado, Pedro habría concedido a Extremadura un regalo similar al de la empresa de los aviones, 500 millones, que son los que se precisan para hacer la autovía Badajoz-Cáceres, según me ha informado un amigo que fuese director general de la cosa. No me cabe en la cabeza: miles de funcionarios y todos hueros de ideas. Bueno, todos no, que ha habido uno que se lo ha currado.
En efecto, ha sido a tenor de la atrabiliaria solución que ese pedazo de ministro llamado Óscar Puente (mezcla al 50% de Koldo y Ábalos) ha dado a los cotidianos incidentes ferroviarios extremeños, que ésa es otra: “Tenemos que acostumbrarnos”. Dicho y hecho. Uno de la Renfe ha tenido una idea extraordinaria: ha implementado sesiones alternas de simulacros de incendios y de averías varias, con el fin de que la gente se vaya habituando. “Salimos a lleno diario”. Mi nieto disfruta de lo lindo.
Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...