Ir al contenido principal

EL LIBRO DE BRETÓN

No ha muchos años, un perro, de esos que dan miedo con su sola presencia, acabó con la vida de un niño. ¿Existe culpabilidad en la conducta de un perro? No, que uno sepa. No obstante, el animal en cuestión sería sacrificado. Algún tiempo antes, un padre llamado José Bretón, con el fin de inferirle el más cruel de los sufrimientos a su esposa, mata a sus propios hijos, de dos y seis años. No conforme con ello, para hacer desaparecer los restos, los mete en un horno hasta calcinarlos, de tal manera que se necesitó la peritación forense para demostrar que aquellos huesos pertenecían a los niños. Imposible una conducta más macabra, más horrenda, más abominable. ¿Hubo culpabilidad en la conducta del padre? Toda la del mundo. Pues bien, el perro, sin culpa alguna, fue sacrificado, mientras que el padre incalificable, sigue vivo. ¿Cómo es esto posible? Porque la pena de muerte está prohibida para las personas; no dice nada de los animales. Aquí quería yo llegar. ¿Pertenece a la especie humana un individuo que mata a sus hijos? Desde mi punto de vista, no: rotundamente no. Un individuo que mata a sus hijos pierde la condición de persona. El que conserve la forma humana no es suficiente para serlo. ¿Entonces, qué? Muy sencillo. Perdida la condición de persona, a Bretón se le tendría que haber hecho lo mismo que al perro, sin menoscabo alguno de la Constitución, claro. ¿Que soy partidario de la pena de muerte? De eso ni hablar. Su abolición es uno de los grandes hitos de la historia de la humanidad. En el caso de Bretón, no se habría matado a una persona, insisto. Se ha resucitado en los medios tan macabro asunto porque el señor juez no ha visto razones suficientes para impedir la publicación de un libro -“Odio”- en el que, el otrora persona, Bretón, le cuenta su macabra locura a un periodista. A este particular, dicha publicación le resulta de todo punto irrelevante, pues que se trata de las declaraciones de una alimaña. ¿Y el sufrimiento de la madre, qué? No creo que semejante relato haya sido capaz de incrementar el dolor de esa mujer. Todo tiene sus límites, incluso el sufrimiento. Uno no imagina nada más desgarrador para una madre que lo que hizo el tal Bretón. En el reino animal, se da una conducta parecida, sólo parecida: con el fin de asegurarse el predominio genético, el león recién llegado a una nueva manada, mata a las crías de la leona con la que va a aparearse. Leyes de la biología no escritas en ningún papel. Pero el león, a diferencia del canalla de Bretón, no mata a sus propios hijos. Alguien se habrá acordado de lo de Truman Capote: “A sangre fría”. En efecto, aquella familia fue muerta con una crueldad espantosa. Pero los americanos de Kansas no lo dudaron: una vez que hubieron “desposeído’ de la condición humana a los asesinos, les hicieron lo mismo que al perro. No a la pena de muerte (para las personas).

Entradas populares de este blog

MUFACE Y LA MINISTRA IGNORANTE

Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...

EL SEXO CUÁNTICO

Eso es precisamente lo que están investigando y difundiendo las muchachas de Igualdad, el ministerio de doña Irene Trans, perdón, Montero, las jóvenes científicas que trabajan en el LISMI (Laboratorio de Investigaciones Sexológicas del Ministerio de Igualdad), al frente del cual se encuentra una señora que se hace llamar Pam. El sexo cuántico, o sea (no confundir con el sexo tántrico, el de Sánchez Dragó). Que qué rayos es el sexo cuántico. Muy sencillo: el sexo llevado a sus últimas minuciosidades, un suponer, el sexo durante los días ‘enrojecidos’, así como la exploración de otros ‘agujeros negros’ de la galaxia femenina, etc. Que por qué el nombre de cuántico. Porque es lo más parecido a la llamada mecánica cuántica. O sea, el sexo de lo minutísimo. Me explico. Así como existe una parte de la física que se ocupa del macrocosmos, al que dedicó sus poderosas neuronas “el más grande”, Albert Einstein (“la más grande” es Rocío Jurado), con su asombrosa teoría de la relatividad, e...

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO

EL PINGANILLO Y EL FILÓSOFO PANDÉMICO Agapito Gómez Villa Sucedió hace tres quinquenios en la llamada Cámara Alta, ese ente inservible que nos cuesta 5.000 millones al año (ni con mayoría absoluta de la oposición sirve para mojarle la oreja a Sánchez), cuando José Montilla, andaluz de Iznájar, Cordoba, presidente a la sazón de la Generalidad de Cataluña, perdón, Catalunya, se dirigió a la concurrencia en un ‘perfecto’ catalán (malas lenguas dicen que cuando tiene que escribir algo en público, le pasan antes una chuleta). Entre los senadores, Manuel Chaves, andaluz de Sevilla nacido en Ceuta, escuchaba atento, pinganillo mediante, a su paisano José. Aquel día me dije: están locos. Amable lector: “Demuéstrame que no tengo razón”, que decía el joven americano recién asesinado. Que un sevillano se viera obligado a usar un auricular para entender a un cordobés (16 años tenía cuando su familia emigró a Cataluña), es muy fuerte. Ni que decir tiene que ...