DEL CEREBRO Y SUS SANADORES
Agapito Gómez de la Villa
La doctora De Mingo, que siendo residente en un hospital de Madrid, matase a tres personas,
ha vuelto a liarla gorda: el otro día apuñaló a un par de mujeres. El suceso ha devuelto a la
palestra las enfermedades mentales, la esquizofrenia más concretamente, enfermedad que
padece la doctora. De la mente y sus sanadores quería hablarles hoy.
Por lo visto, fue Albert Camus el que dijo que todo está dicho, pero hay que recordarlo porque a
la gente se le olvida. En efecto, hace lo menos siete lustros escribí un artículo del mismo tenor que
el presente. Aquél lo 'colgué' de una cosa que dijo, con tono claramente despectivo, un profesor
de prácticas, medicina interna, Salamanca, refiriéndose a un paciente que andaba por allí: "Ése lo
da de la torre", o sea, de la cabeza, o sea del cerebro. Se conoce que él consideraba más
importantes otros órganos corpóreos, tiempos en los que se llamaba loqueros a los psiquiatras.
Pues bien: "El cerebro es el órgano más complejo del universo, no en vano ha tardado quinientos
millones de años en formarse", leí hace una glaciación en un libro de la colección RTV: "La mente
humana". Eso ya sería suficiente para darle primacía, pero no son quinientos: él cerebro es la
culminación de miles de millones de años de evolución (3.500-4.000). Peripecias biológicas
aparte, es tal la grandiosidad de dicho órgano, que no sólo radican en él las más altas
capacidades intelectivas, sino que ningún otro puede 'presumir' de albergar en sus profundidades
uno de los tres grandes arcanos de la existencia, sí: la conciencia (inteligencia sin conciencia la
hay a patadas en la naturaleza). Los otros 'misterios' irresolutos son: el minuto cero del universo y
la aparición de la vida. ¿Me van siguiendo?
En el sitio menos pensado, salta la liebre: Michael Douglas, grandísimo actor, penúltimo
XLSemanal: "En esta profesión no puedes tomarte demasiado en serio ( ). Como algunos
deportistas ( ). Los respeto pero no son ni neurocirujanos ni primeros ministros". Ahí está. Podría
haber dicho cirujanos cardiovasculares, pero no, dijo neurocirujanos, que mira tú por dónde son
los que acceden a las celdas más recónditas del órgano más complejo del universo, obrando lo
más parecido a lo que se conoce como milagros. Ahora bien, a pesar de los milagros, son tantas
las funciones que la evolución ha encargado al cerebro, que ni el más experto de los cirujanos
puede actuar sobre ciertas patologías: las enfermedades mentales que no tienen un sustrato
anatómico. Es aquí donde entra otra magna especialidad médica: la psiquiatría. ¿Quiere eso decir
que los psiquiatras son la cúspide de la medicina? No, aunque, stricto sensu, así podrían ser
considerados (conozco a uno que ni lo duda). Lo que quiero decir son dos cosas, aunque obvias:
que los enfermos mentales son tan enfermos como los del corazón, ¿o no?; y que sus sanadores
son "primus inter pares", cuando menos. (Esto se entiende mejor cuando se tiene un enfermo
mental en la familia.)
Me lo dijo mi dilecto amigo, Manuel Encinas, más de cuatro décadas ya: “Abre la consulta”. Y como el consejo venía de una persona que tenía muchos dedos mentales de frente, abrí la consulta. Total, que toda la vida he trabajado para la seguridad social y para MUFACE, el funcionariado, mayormente de la docencia. Incluso me dio tiempo de ser médico de la institución penitenciaria, diez años. O sea, que conozco el paño como el primero. Por eso, cuando el otro día leí que la ministra de sanidad mostraba su decepción por la continuidad de MUFACE, me dije para mí: “Esta mujer no sabe lo que dice”. Nadie discute que el sistema nacional de salud, la seguridad social de toda la vida, es de lo mejorcito que hay por esos mundos de Dios: gracias al sistema MIR, claro, que no es otro el secreto. Pero no es menos cierto que, teniendo como tiene el funcionariado la posibilidad de elegir entre el sistema nacional y el de MUFACE, al iniciar su andadura profesional, y una vez al año para cambiars...