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MENS SANA IN CORPORE SANO (publicado el 1-8-21

MENS SANA IN CORPORE SANO Qué dirían los romanos, si se enterasen de lo de la gimnasta americana. Cuando en Olimpiada previa, cierto deportista declarase que le había pasado por la cabeza el suicidio, le dediqué un artículo en estas páginas (los medios de comunicación pasaron todos sobre ascuas), que al fin y a la postre vino a resultar premonitorio de lo que ha sucedido con la Simone Biles, la joven que ha abierto la caja de Pandora olímpica, la atleta que ha dicho basta, que ya no puede seguir soportando tensión tan atroz, a la misma que están sometidos todos los deportistas de alta competición, sin excepción. ¿En qué rincón de la Olimpiada queda la "mens sana"? ¡No existe! Ahora sí. Ahora, con lo Simone Biles, los medios de comunicación -no todos- se han hecho eco del asunto, y le han dedicado unos minutitos al particular, sólo unos minutitos, por razones económicas, supongo: han sacado incluso a relucir al Iniesta del mundial de Sudáfrica, cuando acabó convertido en una piltrafa humana. Pero no han recordado lo de Ronaldo el Gordo, que se puso a vomitar en el vestuario como una preñada reciente, minutos antes de salir a jugar la final de un mundial (se comentó que sufrió un episodio de desfallecimiento 'cuasi' epiléptico). ¿Que no soy partidario de la práctica deportiva? Calla, mujer. Nada más lejos de la realidad. No hace falta ser médico para saber que la actividad física, moderada y regular, es la mejor y mayor fuente de salud "física y psíquica" que existe. Insisto: moderada y regular. Ustedes perdonen: conozco incluso cuáles son los núcleos del encéfalo que propician la "mens sana" que prodigiosamente intuyeran los latinos. Ítem más: después de muchos años recetando pastillas, he llegado a la siguiente conclusión: el mejor medicamento que existe (y el más barato) es caminar (correr despacio, el que pueda) una hora diaria. No más. A ese fármaco no llega nada. Ah, y sin efectos secundarios. Ése 'fármaco' sí que proporciona la perseguida "mens sana", en un cuerpo más o menos sano: previene y/o retrasa todos los achaques que, más tarde o más temprano, acabará acarreando la edad. Pero mientras llegan, la persona vive mucho mejor. Dónde va a parar. De ahí, a la tortura a la que son sometidos los deportistas de la llamada alta competición, hay un inmenso trecho: el que conduce a la enfermedad psíquica. Pregunten, pregunten a una persona tan sensata como Iniesta, que habla mejor el español que Simone Biles. Más de uno pensará que Iniesta, Ronaldo el Gordo y la gimnasta americana son casos excepcionales. En efecto, son casos excepcionales, pero no dejan de ser la parte del iceberg de una enorme masa continental enferma y sumergida. Al tiempo. Sabido es que las Olimpiadas fueron inventadas por los griegos, pero no se recuerda que Píndaro, el poeta de los atletas, dijera que entre ellos había mucho desquiciado mental. Marchando una Olimpiada 'a la griega'. Al menos ellos se daban una tregua en las guerras.

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